UN FUNERAL DE MUERTE

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No hay nada más triste que la perdida de un ser querido y afortunadamente en nuestro país eso de los funerales de cuerpo presente con velatorio incluido aún no se ha puesto de moda. Esa especie de reuniones sociales donde a parte de lidiar con el dolor tienes que socializar con toda la familia, amigos y conocidos del difunto, tanto los que te gustan como los que no debe ser una tortura en sí mismos. Por eso los funerales sacan lo mejor y lo peor de nosotros mismos.


En este caso una familia media entierra a un amado y amante padre pero si la familia es extraña el muerto lo era aún más. De esta forma sus hijos se ven metidos en un problema de dimensiones descomunales cuando descubren su “turbio” pasado y mientras lidian con varias crisis colaterales derivadas de las envidias, rencillas, chantaje o ingesta accidental de drogas.


El planteamiento coral en que la mitad de los miembros de la familia se ven envueltos en la trama para esconder las evidencias consigue, una vez más, una película sin protagonistas definidos como viene siendo costumbre en el cine Made In UK (si funcionó con Love Actually funcionará para cualquier comedia y precisamente alguno de sus interpretes aparecieron en ambas). Lo anecdótico es que la producción NO es inglesa, en su ficha técnica se descubre que USA, Alemania y holanda han puesto el dinero para lleva a cabo esta cinta donde converge lo mejor del cine americano con la elegancia europea que tanto vende (aunque no se tenga a Hugh Grant en el cartel). Los actores British cuando se ponen a hacer cine lo hacen a lo grande por lo que algunos de los esperpentos que asisten a este entierro son piezas dignas de haberse ganado una película ellos solos. A estas alturas donde sin un gran cómico a la cabeza de las producciones no salen adelante es una uniformidad que se agradece tanto como la brisa fresca. Un reparto compacto muy bien guiado por Oz (permítanme llamarle Maestro Yoda por los viejos tiempos) que está cómodo y opta por una dirección correcta y poco arriesgada que cumple los objetivos.


Las tragicomedias con sabor inglés tienen un cierto encanto elegante sin caer en la risa fácil (aunque no comparto el entusiasmo por algún que otro chascarrillo escatológico). Reconozco me ha costado años comprender su humor pero que una vez dado el paso cada vez disfruto más de las perlas que se ambientan en la isla del mal tiempo y de la eterna hora del té. Me he reído, me he reído mucho cuando cada vez se les torcían más las cosas. Es lo que tiene la comedia de situaciones descabelladas, que una vez que empiezan es bastante difícil frenarlas. De esa forma el funeral va enlazando todas las desgracias imaginables hasta organizar un autentico calvario para sus protagonistas que visto desde fuera resulta la mar de hilarante, terroríficamente delicioso y humorísticamente muy negro.


Como dice uno de sus protagonistas: “Ha sido emocionante, para ser un entierro, claro.”



PROS: Actores y situaciones hilarantes sin descanso.


CONTRAS: Ese tufillo a manufactura por encargo.


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