IL DIVO

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Pequeño, enjuto, con algo de chepa, muy serio, enigmático y poco expresivo. Avanza con pasos cortos las manos siempre juntas. Tras las gafas de pasta y la apariencia inofensiva se esconde uno de los personajes más importantes del siglo en Italia. Giulio Andreotti, cabeza de la Democracia Cristiana ha sido condenado como un demonio y admirado como un Mesías. Por eso convertirlo en un personaje de cine es un ejercicio interesante. Siempre con sus jaquecas y sus pastillas, con sus ingeniosas y contundentes conversaciones y replicas, con sus intrigas, sus acólitos, sus victorias y sus fracasos. Su verbo fácil y sus repicas ingeniosas, su sed de poder y su insomnio perpetuo. Andreotti es sin duda uno de esos personajes que ejercen suficiente simpatía y antipatía como para poder desfilar por un biopic sin perder un ápice de gracia.

Las contundentes palabras dedicadas por Aldo Moro durante su secuestro en las cartas que las Brigadas Rojas le dejaron escribir condenan a este pequeño hombre y gran político de forma premonitoria. El mismo Aldo Moro por el que el protagonista reconoce haber hecho la única promesa en serio en su vida: si era liberado dejaría de comer helados. Y es que como él mismo dice “los helados me gustan mucho”. En cada una de las dilapidarias frases que pronuncia Toni Servillo, soberbio ejemplo de capacidad de mutación y caracterización, se desprenden las inquietudes y ambiciones no sólo de Andreotti, también de todos los que le rodean. Y es que ninguna de las palabras que escapan por la boca de este divino y polémico político tienen desperdicio. Es posiblemente la única vez que no sobra una coma de un diálogo.

La película resulta un ejercicio corrosivo, divertido y casi caricaturesco orquestado a lo largo de un montaje único enmarcado con una música a ratos esquizofrénica y en ocasiones clásica para ir deambulando por los entresijos políticos de la figura más controvertida de la política italiana. Sus relaciones con la mafia, su posible implicación en casi todos los asuntos turbios de sus siete mandatos y su caída justo antes e convertirse en uno de los más contundentes candidatos a optar a la presidencia de la Republica.

Pero a pesar de ello hay que recomendar una lección acelerada de historia para todo aquel que quiera entender todo lo que transcurre en la pantalla en estas dos horas de proyección. No en vano es de las pocas películas que comienzan con un glosario de términos y personajes para que nadie se pierda en los intrincados pasillos hacia el Quirinale.

No sólo Andreotti es el núcleo de atención. También su nutrido y selecto grupo de amigos-instigadores, tienen suficiente papel como para acabar de dibujar una figura más o menos inquietante con todas sus luces y sus sombras.

Como empieza diciendo la cinta citando a su madre: Si no puedes decir nada bueno de Andreotti. No digas nada. Así que siguiendo los sabios consejos de esa santa mujer nos quedamos en lo cinematográfico y que cada uno saque sus propias conclusiones.


PROS: Toni Servillo, la banda sonora, el inmenso guión, el soberbio montaje, la dirección correcta, los claros y las sombras, las miradas a cámara, las cosas que se insinúan, las que finalmente se dicen, los besos, las intrigas… que la realidad nos de tan grandes personajes.

CONTRAS: Que haya sido eclipsada por Gomorra siendo, como es, una propuesta mucho más interesante aunque posiblemente más complicada de comprender.

2 comentarios :

  1. Después de leer tu crítica dan ganas de salir corriendo a ver la película, pero en estos momentos la resaca me lo impide jeje.
    Aprovecho para desearte un Feliz Año.

    Un beso

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  2. Esta es una de las que no voy a perderme... ya te cuento

    Feliz comienzo!

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