La forma del agua




Película: La forma del agua.
Director: Guillermo del Toro.
Intérpretes: Sally Hawkins, Richard Jenkins, Octavia Spencer, Michael Shannon, Doug Jones.
Proyección: Princesa.
Afluencia: 168 personas.
Valoración: 5.

Los directores mexicanos siguen acaparando estatuillas, siendo curioso que el país azteca sólo haya logrado tres candidaturas a los oscar en el apartado de película de habla no inglesa. Esta vez le tocaba a Guillermo del Toro con una carrera consolidada. En cada obra suya se ve su gusto por el mundo fantástico y rodando en Hollywood. Esta cinta, además logró un hito como conseguir el León de oro en Venecia, algo que las películas estadounidenses, apenas lograban en su día en Berlín. Aquí recrea una vieja historia como al relación de mujeres y monstruos ya vista de una manera u otra en la pantalla, especialmente en la serie B, con ese afán de hacerlo grande por los medios que se manejan hoy en día. Se agradece que la  protagonista sea una persona poco agraciada pero una actriz de prestigio como Sally Hawkins y es de apreciar alguna escena como la salvación de la criatura pensando que su robo lo hizo un comando especial o el baño inundado. Valoro el comienzo y la maravillosa música de Alexander Desplat pero agobiante tantas canciones referentes a lo que se escuchaba en los primeros sesenta, también es impecable la fotografía que la convierte en "La Amelie del pantano". Pero en conjunto naufraga por un guión poco cuidado, maniqueo, por mucho que un cuento sea así, pero el problema es la credibilidad de unos personajes planos, que no enamoran ni traspasan la pantalla para mi gusto, por mucho que haya actores premiados. En vez de combinar géneros los mezcla, como si el director quisiera poner en dos horas todas las ideas que se le ocurren pero provocando disgusto el sexo, el gore, el humor burdo, la historia romántica. A pesar de la ambientación falta la inspiración que sí hubo en "El laberinto del fauno" donde la dirección artística sí es envolvente. Por otra parte repatea la separación del bien y el mal. En la parte positiva se hallan mujeres, negros, homosexuales y hasta un ruso y en el otro lado un blanco. El enamoramiento es poco creíble y podía haber puesto un anfibio al estilo Shrek o al jorobado de Nôtre Dame. No molesta al usuario pero si hay ironía deberiamos pedir mucho más que un panfleto con aires anti-Trump.

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