Tully: El Club de la Lucha Maternal + Babadook

Mis queridos lectores, sobre todo padres y madres. Más aún si tenéis retoños de esos de noches infernales, si tenéis familia numerosa, y si , además, podéis ir al cine dejando a los retoños... Necesitáis ver esta película.


Os voy a poner en antecedentes. Regresa el tándem Jason Reitman y Diablo Cody, autores a dos manos de grandes perlas del cine independiente actual como Juno y Young Adult y de esta última añadimos a la ecuación a Charlize Theron, madre coraje en la vida real y en la pantalla. Interpreta a Marlo, una madre de familia con dos retoños y una más en camino, además uno de ellos tiene problemas de comportamiento, posiblemente generados por un deficiente diagnostico médico/psicológico. El estado de una madre al borde del agotamiento, desbordada y agobiada hace que ante el nacimiento del bebé decidan contratar a una niñera nocturna que le permita descansar y ser persona de nuevo. Con esta sencilla premisa la película se mueve entre la comedia maternal realista y el feminismo desenfrenado y tiene drama, mucho drama. Pero tiene también otras cosas, la principal es la presencia de Charlize Theron que está inmensa. INMENSA en todos los aspectos que se pueden tratar desde el interpretativo hasta el físico. Porque las madres somos inmensas. Y tenemos kilos de más, vamos en chandal, hacemos el ridículo cuando nos creemos runners o tenemos la tetas a reventar y no pasa nada. Parte del encanto de la película es ese, ser conscientes de que no podemos llevar cupcakes recién hechos al cole todos los días y estar divinas si tenemos que criar a nuestros hijos en condiciones.

La relación que se establece entre Marlo y Tully, la niñera nocturna, es una maravilla que cobra sentido según avanza la película y regala a Marlo y al espectador grandes momentos de autodescubrimiento e incluso de identificación con el personaje. No os voy a engañar, hubo varios momentos en los que se te escapa la risita de "eso me ha pasado a mi", pero entre las asistentes a la sala esos momentos eran diferentes, con la típica risa nerviosa de reconocimeinto y comprensión que hacen además a Tully una película asombrosamente humana.

No quiero destripar mucho de los giros y argumentos internos (aunque alguna spoiler encubierto ya he soltado) pero si me apetece mucho recomendaros que veáis Tully en el cine o en casa, cuando podáis, pero que la veáis. Hacen falta más pelis como esta.


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