La noche de doce años

Película: La noche de doce años.
Director: Álvaro Brechner.
Intérpretes: Antonio de la Torre, Chino Darín, Alfonso Tort, Soledad Villamil, Silvia Fernámdez Cruz.
Proyección: Princesa.
Afluencia: 106 personas.
Valoración: 4.



Sorpresa morrocotuda al ver la sala casi llena y los tímidos aplausos finales. Y me chocaba pues no dejaba de ser una cinta uruguaya, con capital español y argentino, con actores conocidos pero sin tirón para llenar una sala. El director que ha sido seleccionado en tres ocasiones para llegar a la final de los oscar de habla no inglesa no es conocido. Lo más relevante a primera vista era el personaje de José Mújica, el popular presidente del país. Se narra los doce años de su permanencia en la cárcel junto a dos compañeros de la guerrilla tupamara durante la dictadura y el deseo de no matarlos pero sí volverlos locos en su encierro buscando las artimañas posibles como el silencio, la incomunicación, la música, las privaciones de alimentos y de higiene. Un recorrido en el que el director trata de crear una atmósfera insoportable con diferentes movimientos de cámara e incluso hacernos ver sus alucinaciones y sueños. También asistimos a momentos familiares, cierto humor sardónico y hasta la manera de comunicarse de los compañeros por golpes en las paredes. A pesar de sus esfuerzos no logra darme esa sensación de claustrofobia, por una parte por el orear la cinta, por unos militares sin músculo (una excepción es las cartas que escribe uno de los presos a la futura esposa de uno de los guardias), unas personajes muy planos y hasta sinópticos, por lo que me siento alejado de ellos. Pero el oir "The sound of silence", en la voz de Silvia Fernández Cruz hace levantar considerablemente el vuelo y se convierte en uno de los momentos mágicos del cine en este año, aunque se puede discutir si una canción es un aderezo o algo importante en una trama. Buen debate. Coincidiendo con la paulatina decadencia de la dictadura la película se vuelve más discursiva, los personajes ganan más sustancia, incluso el triunfalista final (No de debe hacer un borrón y cuenta nueva de algo tan traumático) no se hace excesivamente molesto. Pero me quedo con la sensación de intentarlo pero no lograrlo, por mucho que los actores sean competentes y hasta Antonio de la Torre exhiba aceptablemente acento charrua. Pero hay poco de ese lugar pues incluso muchos exteriores son de Madrid y el elenco actoral casi todo es foráneo, haciendo más daño a la credibilidad de unos años terroríficos.

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