ALVIN Y LAS ARDILLAS

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Hace años una película que fuera considerada infantil no significaba que un público adulto no pudiera disfrutar de ella. Ahora parece que está reñido que tenga calidad con que su público objetivo tenga menos de diez años. No hay forma de que la animación comulgue 100% con todos los públicos así que parece que han dejado siquiera de intentarlo.


Alvin y las Ardillas podría haber sido una excepción ya que muchos hemos sido autentico seguidores de Alvin, Simon y Theodore en nuestra tierna infancia La serie antigua data de los 50). Esa simpatía que se adquiere sólo tras muchas horas de unión con la televisión no puede ser ni siquiera comparada con la excitación de un nuevo público infantil que desconoce el dibujo de toda la vida (o aún peor, que hayan visto las nuevas versiones) y va entusiasmado para poder ver a las ardillas cantarinas y chillonas. La pena es que los trazos que tanto nos han hecho disfrutar se han convertido en logrados efectos visuales que han conseguido que los roedores sean bastante mediocres e incluso aburridas.


La propuesta de convertir a tan simpáticos personajillos en una animal-band de diseño con canciones y coreografías como si fueran sacadas directamente de un videoclip de los Backstreet Boys es, sin duda, un error. Pero si hay algo mucho peor que todas estas blasfemias juntas es que su actor principal sea Jason Lee, que tenía una casi impoluta y surrealista carrera alternando grandes películas independientes con superproducciones alimenticias. Pero ¿¡Cómo puñetas acaba Earl de niñera de ardillas digitales!? ¿Nos hemos vuelto todos locos? Un cuidado y meditado desastre de cinta.



PROS: Pues no le encuentro el punto...


CONTRAS: A parte de insulsa en general su selección musical encima es dudosa.


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