The Let Down VS Mira lo que has hecho


Este año ha habido dos series que venían para revolucionar la maternidad/paternidad. Son dos series que vendían de manera muy similar pero en realidad son muy diferentes en planteamiento y en resultado. No lo voy a negar y se va a notar, una me parece mucho más interesante que la otra. ¿Las conoces? Pues te cuento todo (sin spoiler a ni nada).


¿De qué van?

Las dos series tratan de la forma de afrontar la maternidad / paternidad en padres primerizos con sentido del humor.

The Let Down es una serie australiana escrita, creada y protagonizada por la humorista Alison Bell y la encontrarás en versión original subtitulada en Netflix.
Ella ha sido madre reciente y se nota en casi todos los planteamientos aunque reconoce que la película sólo ha sido inspirada e su maternidad y no es autobiográfica. Audrey se enfrenta a su maternidad caótica, era una profesional culta y reconocida y ahora se ve ahogada con un bebé demandante y un estrés propio del que tiene poco apoyo y mucha necesidad de él. Decide entonces asistir a un grupo de apoyo para madres (donde reconoceréis los prototipos de madres y varéis como se desmontan de forma magistral) y se agarra a todos los que le rodean sobreviviendo como puede. Y cuando digo a quien puede es tan amplío coño familia o el camello del barrio.


En el caso de la serie de Berto Romero, emitida en Movistar + , a pesar de venderse como una serie de humor centrada en su vivencia como padre primerizo esta premisa se difumina con su especial y peculiar idiosincrasia. Hay capítulos donde el bebé es meramente accesorio y otras en las que , caricatura o no caricatura, aparece el estereotipo de señor que no le interesa mucho eso de la crianza y está más interesado en ser viral que en ser padre. Ojo, esto pasa de forma aleatoria mientras que en otros episodios es casi un padre coraje cagándose en Estivil.

Las dos series tiene capítulos de 20-30 minutos y tienen 6 (Mira lo que has hecho)  y 7 (The Let Down) episodios en su (por ahora) primera y única temporada.

Lugares comunes


La gracia de las series de crianza son los lugares comunes y esos , incluso convertidos en tópicos abrumadores, son el punto fuerte de las dos series. Madres alfa, colegios Montessori pero sobre todo el episodio del sueño son idiomas universales para las madres. Si no hubiesen coincidido en el tiempo la conversación sobre “cómo enseñar a dormir al bebé” podría ser objeto de estudio de plagio. Dejar llorar a la criatura, aferrarse al libro, contar segundos y minutos de lloro... esas cosas que crees a pies juntillas por la propia supervivencia.
 
The Let Down en este sentido arriesga más, quizás porque la escribe alguien que sabe del tema y se atreve a llevarlo un poco más al límite y siempre moviéndose dentro del humor deja ver caras menos amables de la maternidad y llega a hacer salvajadas que todos hemos pensado alguna vez pero no hemos tenido el valor de probar.


Enfoque femenino y masculino.

Una de las mayores diferencias de las dos series es la manera de afrontar la maternidad o paternidad y la corresponsabilidad. No le voy a quitar mérito a Berto que en ocasiones se corresponsabiliza como el que más pero le voy a restar entusiasmo por la red familiar (vale que es bizarra y grotesca) que tiene y que además chupa mucho argumento, más del que me hubiera gustado. Y esos puntos se los voy a sumar al personaje de Audrey porque a pesar de las limitaciones, del estrés y de la incuestionable locura de criar hace que se agarre a lo bueno de la situación.



Si hay algo que me resulta atractivo de The Let Down es que es muy sencillo encariñarse e ideantificarse con el personaje de Bell. Una madre lejos de los estándares establecidos y aceptados de madre perfecta con aspecto desaliñado, descuidos, limitaciones y sorbrepasada. En momentos como cuando en el grupo de apoyo sacan sus pasajes preferidos de libros sobre maternidad es cuando sabes que hay más gente como tú allí fuera.

¿Entonces las veo?

Oye, pues si, a pesar de las limitaciones de ambas, de sus cosas buenas y sus cosas malas, si eres padre te ríes. Y es esa risa nerviosa del que se reconoce en una situación o una frase. Esas genuinas que te dejan buen sabor de boca. 

Eso sí, si hay segundas partes tengo una petición, sobre todo a la española, échale bemoles que te ganan los australianos por honestidad, tono y riesgo. ¡Tú verás!

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