DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS

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Spike Jonze es un tipo raro. Digamos que su filmografía es cuanto menos inquietante alternando papeles como actor en producciones hollywoodienses (Tres Reyes, The Game), grabando videos musicales para raperos, estrellas del rock, genios del dance e incluso coleguillas, hasta dirigir y los productos más extravagantes del momento con los guiones de Charlie Kaufman (El Ladrón de Orquídeas, Cómo ser John Malkovich).

Cuando anunció que su siguiente producción sería la adaptación de Where the Wild Things Are parecía una elección incluso lógica viendo la cantidad de extravagancias acumuladas. Su intención era modernizar y actualizar un cuento infantil con gran éxito entre los más pequeños y convertirlo en una fábula para adultos con reflexiones sobre la violencia, la soledad, la incomprensión infantil y demás temas intratables para los americanos. Su primera acción fue convertir a su protagonista en un niño a las puertas de la adolescencia con 9 años y un balance negativo de amigos, escuela y familia que tras una disputa se fuga acabando en un imaginario mundo lleno de gigantescos monstruos que le adoptan como Rey tal y como había narrado en los 60 Maurice Sendak en sus libros. El niño aumenta su edad para hacer la reflexión más vivida sobre las intenciones del muchacho que busca la Tierra de las Cosas Salvajes para poder habitar y hacer allí todas las travesuras que quiera viviendo sin las normas establecidas con sus nuevos amigos.

El look de la cinta logra recrear ciertamente los dibujos del libro y mezcla de forma muy curiosa la animación por ordenador y los muñecos de “peluche” de toda la vida con un curioso acabado que resulta ciertamente lo mejor de la cinta con un look naïf y tierno en medio de toda la violencia que desprenden sus protagonistas. Pero quitando la lograda estética el resto de los méritos de este producto pseudo infantil de Jones se queda en una retahíla de pequeñas anécdotas que pierden la compostura debatiéndose continuamente entre reflexiones sesudas para adultos y emociones infantiles.

Si algo es especialmente enervante en la cinta a parte de la falta de contenido de su edulcorado metraje es la capacidad aleccionadora de su mensaje sobre violencia, las familias actuales, la educación, y demás “paparruchas” navideñas de distinta índole que sólo sirven en casos de niños gafapastososo con marcado acento Indie desde su más tierna infancia.



PROS: La recuperación de los muñecos clásicos y una ambientación sin tacha.

CONTRAS: Ante tamañas expectativas defrauda al espectador.

1 comentario :

  1. pero defraudado, defraudado; me ha parecido pesadísima desde el principio hasta que ya no pude más y la dejé a medias.

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