Si es que soy una sádica. Si lo tenía que saber de antes... Hay dos cosas que no me gustan en una comedia:
Una es la regia de Peter Farrelly y Bobby Farrelly o lo que es lo mismo: Los hermanos Farrelly. Reconozco que exclusivamente un par de gags en sus primeras películas me hicieron reír pero ahí se acabó mi corto e intenso romance con ellos.
En segundo lugar Ben Stiller. Posiblemente sólo haya otro actor que me irrite tanto como él (uso actor de forma eufemística) y ese es su colega Adam Sandler. Algunos consideran que el problema de Ben Stiler es que no le han dado un papel que esté a su “nivel interpretativo”. Tiemblo de pensar lo que puede hacer este individuo a una buena película y rezo sinceramente para que no suceda nunca.
La cosa es que a pesar de eso sigo siendo fiel a mis principios y veo cada película que cualquiera de estos individuos sacan sólo por el gusto de descubrir que no ha cambiado la dinámica y sigo sin encontrarle el punto. Bromas soeces, golpes cómicos vacuos y risa absurda de golpes y escatología barata. Más de lo mismo.
No me han sorprendido esta vez con esta pequeña payasada con interés escaso desde el punto de vista del guión. Parece que ahora que los grandes actores de comedia se ha hecho mayores y los jóvenes aún no pueden cubrir su lugar los argumentos girarán durante una temporada en torno al tedioso mundo matrimonial: Cásate Conmigo, Hasta que el Cura Nos Separe, Os Declaro Marido y marido y esta última parece que indican que el público responde bastante bien así que Dios nos pille confesados para aguantar una buena tanda de comedias tontas sobre las desgracias y las alegrías del sagrado sacramento del matrimonio.
Pues bien, debo decir que en Matrimonio Compulsivo (cuyo título, una vez más traducido penosamente al castellano sólo cobra sentido al final de la cinta) un bastante rancio Ben Stiller decide contraer matrimonio con una chica que acaba de conocer movido por la desesperante sensación de que todo el mundo vive en pareja a su alrededor. Será en el viaje de Luna de Miel cuando descubrirá que su novia es un poco psicópata y se enamorará de otra perfecta desconocida.
Con una materia prima tan poco consistente es normal que la película haga aguas por todas partes sólo amparada en las capacidades interpretativas de los actores (que como ya he mencionado no son santo de mi devoción). Por eso Matrimonio compulsivo es otra de esas cintas que acabarán en el fondo de la memoria y quizás, con el paso del tiempo se mezclará con todas sus compañeras y después desaparecerá en la inmensidad de la comedia trasnochada.
PROS: Cuando se termina , significa que el sufrimiento ha terminado.
CONTRAS: ¿Por dónde empezar? Actores, guión, dirección, escoge tu favorito.
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