PERSEPOLIS

La propuesta de este año de Francia a los Oscars va a ponérselo muy difícil al cine “ordinario”, si bien presentar una película de animación era ya arriesgado, hacerlo con Persépolis es aún más controvertido. Basado en una novela gráfica de Marjane Satrapi con clara vocación autobiográfica. La cinta es una crítica social y política a la realidad política que vivió Irán y sigue viviendo hoy en día desde la experiencia de Marjane, una niña que va creciendo con el cambio de régimen y viendo como esto afecta a su familia, amigos y relaciones. Desde su propio país de origen y desde el exilio cambiará su forma de ver la vida. Descubrirá la música, el amor, la represión, el miedo, el papel de la mujer, los regímenes totalitarios y tomará decisiones acertadas e incorrectas siempre apoyada por una familia que la educa y protege.

Algunos sostienen que la candidez de los niños es el mejor espejo para poder apreciar una historia ya que los niños no son capaces de juzgar o controlar la historia. Creo que normalmente no es cierto ya que la visión del niño sólo justificará como se comporte el crío y no la reacción del espectador ante lo que es infante viva. Esta cinta es un claro ejemplo de ello.

Persépolis es una película redonda ya que consigue un digno equilibrio entre el contenido doctrinal y la acción. Su estética, totalmente adaptada desde la tira de comic a la pantalla, es simplemente equilibrada, efectista e ilustradora. A pesar de los claros prejuicios que tenía antes de verla debo reconocer que Persépolis ha sido toda una revelación y una de las películas de animación más aconsejable que he visto destinada a público adulto.

PROS: La historia y la narración fragmentada. Consigue recoger en pequeñas piezas los acontecimientos de la vida de Marjane de forma espectacular.

CONTRAS: La rabiosa actualidad y contemporaneidad de muchas de las historias que cuentan en la cinta.