LA BRÚJULA DORADA

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Quizás sea que me vuelvo mayor y ya no me gustan las películas infantiles-juveniles de aventuras. Yo que era todo halagos para Los Goonies, yo que sabía los diálogos de El Chip Prodigioso de Memoria, yo que acudí al cine el día del estreno del Señor de los Anillos, yo que voy disfrazada a todo evento que se precie de Star Wars, yo que espero con ansia a esgrimir mi varita cuando salga el próximo libro de Harry Potter… ¿Ha pasado algo entre todo esto que haya hecho perder la perspectiva sobre el cine fantástico? Por que reconozco que Las crónicas de Narnia me parecieron un peñazo (excluyendo a James McAvoy , por supuesto) y esta nueva trilogía me parece que sigue absolutamente los mismos pasos.


La Brújula Dorada es el primer libro de La Materia oscura, como llaman a la serie de libros sobre un mundo donde los humanos conviven con sus espíritus que tienen forma de animales llamados Daimonion (si, yo también pensé que el siguiente paso era que saliera Picacho por una esquina). Misteriosas desapariciones de niños y la existencia de una materia llamada “El polvo” desencadenan que el protector de Lyra Belacqua se marche a investigar los fenómenos en las tierras altas mientras la niña viajará con una misteriosa y poderosa mujer. Todo hace presagiar que una gran aventura se acerca… Y digo se acerca porque claramente no tiene un final si no que es un largo prólogo hacia la siguiente aventura.


Reconozco que estoy un poco contrariada ante la breve y sosa aparición de Bond, James Bond en esta cinta y a la vez intrigada sobre la decisión de coger papeles tan aleatoria de Nicole Kidman después de haber ganado su Oscar. Ahora no te puedes fiar de una película con ella en el reparto como garantía de calidad porque parece que su agente se ha tomado unas vacaciones a la hora de asesorarla.


El resultado es una película larga y aburrida pero con una fotografía delicada y preciosista que nos lleva desde Oxford hasta el Polo. No se le puede poner ninguna pega formal a la cinta y sin haber leído la novela no me atrevo a ponérsela al guión que quizás visto en su conjunto consiga tener una cierta gracia. De momento y con sólo la primera pieza del puzzle tengo la obligación de suspender este experimento navideño que no me cabe la menor duda copará las carteleras cinematográficas y los regalos de los menús infantiles de todo restaurante de comida rápida que se precie.



PROS: Perfecta fotografía y efectos especiales


CONTRAS: La polemica con la iglesia, ni pies ni cabeza y el cuestionable honor de hundir un estudio cinematráfico.


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