ORMAI È FATTA!

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Fantazzini era conocido como el ladrón amable. Tenía una habilidad innata para hacer los atracos más chapuceros pero corteses de la historia de Italia. En una ocasión incluso mandó flores a una cajera de un supermercado que se desmayó durante el atraco. Era anarquista y además tenía la sana costumbre de ir en bicicleta a perpetrar sus hurtos en bancos. La policía no tenía mucho problema par conseguir atraparlo, por eso pasó media vida en prisión y la otra media intentando escapar de ella hasta que falleció en Navidad del 2001, un par de años después se estreno de esta película que en cierto modo ayudó a su última liberación. Y digo última liberación porque nada más pisar la calle lo primero que hizo fue volver a intentar uno de esos primeros bancos que se le habían atragantado en sus primeros años. Fue el 19 de diciembre, seis días después fallecía en una enfermería de una prisión, un lugar que le era tremendamente conocido.

A pesar de esta intensa vida de robos y fugas pero sobretodo de explotación de la lectura anarquista de su figura Ormai e’ Fatta! Es una película que huye del amarillismo y de la lectura política para centrarse en una se sus tentativas de fuga más curiosas y polémicas. Sin haber usado nunca una pistola Fantazzini decidió que el único modo de escapar de la cárcel era usando una a modo de amenaza, como en sus atracos, pero un accidente le convirtió a los ojos del mundo exterior en un preso peligroso y asesino con rehenes.

El preso no tendrá ningún problema para que el Síndrome de Estocolmo campe a sus anchas entre sus rehenes y en el espectador que además se enterará de todos sus actos a través de la narración simultanea de su juventud de la mano de su mujer mientras habla con un periodista durante el encierro que culminó con uno de los episodios más chapuceros del sistema penitenciario italiano.

Fueron tan sólo 12 horas en 1973 que se recogen en poco más de una hora y media que es un recital interpretativo absoluto para Accorsi único peso de la narración y que una vez más está brillante. Con dosis justas de humor y de drama consigue que la película se pase en un suspiro a la espera de saber el desenlace de su nuevamente educadísimo pero desastroso encierro.

Sencillamente narrada y con una estructura muy clásica sin muchos adornos externos a pesar de recurrir a la fuente de información de la mujer su director Enzo Monteleone casi siempre se centra en la situación dentro de la cárcel adivinando los deseos de libertad de un preso desesperado por el sistema que le tiene retenido y la angustia de sus carceleros que poco a poco cederán al comprender las nobles intenciones en su fuga y el deseo de no hacer más daño.

También muy interesante la introducción que durante los créditos iniciales, da los datos necesarios para hacerte a la idea del personaje que ante el que nos encontramos creando esa corriente de fluida complicidad desde antes de entrar en materia.

Es un pedacito de historia entretenido y desde luego muy aconsejable.


PROS: Accorsi, siempre.

CONTRAS: Que se queda en meras anécdotas.

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