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No deja de sorprenderme como Hollywood es capaz de retomar los géneros olvidados intentando darles un toque nuevo. Parece que en este mundo donde está todo inventado es necesario un toque de genialidad para sorprender a un público hastiado. Si en USA siguen asistiendo a cada nuevo western que estrenan en España al cosa se queda más paradita. Y es que cuando a Clint Eastwood le dio por hacer aquella maravilla llamada Sin Perdón y retomar ese género al que tanto le debía descubrió que puedes hacer películas del Oeste siendo cool y haciendo taquilla.
El tren de las 3.10 fue un pinchazo en Europa. A pesar de su excelente cartel la gente no comulgó con un remake excelentemente planteado y optó por divertimentos más banales dejando de lado a un Bale muy comedido y un Crowe en su línea.
Appaloosa llega a las pantallas con muchos puntos a su favor. Y es que pocos pueden presumir de reunir a actores como Ed Harris, Viggo Mortensen o Jeremy Irons en la misma cinta.
Appaloosa es un nombre de pueblo. Cuando una cinta del oeste lleva un nombre de mujer o de una población es buena señal. Acota las expectativas y simplifica el entendimiento. Cuando dos tipos duros llegan a este pequeño y abandonado pueblo comprueban que sus habitantes están asustados por las andanzas de un “ganadero” vecino que ha conseguido hacerse con el poder y el control mientras su hombres campan a sus anchas. Un rudo y déspota Jeremy Irons no teme hacer frente a los recién llegados tras haber liquidado al anterior Sheriff. Pero no serán los únicos en llegar al pueblo. Una joven viuda captará la atención de Harris convirtiéndose, obviamente y como mandan los cánones, en su principal debilidad.
Ed Harris se ciñe al esquema básico del western de acción. Introduce a los buenos, los malos, y a la chica y realiza un coctail comercial y algo correcto que a veces se diluye un poco por la cómica relación entre sus dos protagonistas principales y sus guiños internos. Humaniza al tipo rudo del oeste con sus lecturas y sus juegos de palabras, coloca a su subalterno a un nivel bastante superior al del resto de sus personajes y desemboca en un final abrupto, algo rápido y tremendamente alarmante que rompe la dinámica general de la pausada cinta.
PROS: La rapidez mental de Mortensen que convierte a Everett Hitch en lo más destacable de la cinta.
CONTRAS: La rolliza Renée Zellweger poco convincente en su singular y promiscuo papel.
Le tengo ganas a esta cinta, pero Zellweger puede estropearme su visionado como ya ha hecho toras veces.
ResponderEliminarSaludos ;)