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Tras un comienzo bastante entretenido que presenta a nuestra pareja romántica de turno cogiendo un vuelo, Nina de Barcelona a Turín y Dante de Turín a Barcelona comienzan los equívocos y los problemas que terminan con el despistado delincuente de medio pelo entre rejas y a la pobre azafata española en una habitación de hotel presenciando una escena gansteril. Todo transcurre con cierta cadencia hasta que los dos protagonistas se juntan y quedan atrapados en la peculiar trama tornando la historia en una suerte de aventura de estafadores de medio pelo que pretende imitar el cine independiente de Guy Ritchie y Danny Boyle sin ningún pudor.
Marco Ponti se conforma con una ristra de tópicos intentando introducir en el cine italiano el mafioseo gansteril y la rapiña de los estafadores de medio pelo que tan buen juego dan en el cine. Confuso, engorroso y algo cargante Ponti pierde las líneas que férreamente había marcado en Santa Maradona olvida la mala chufa, la crítica y el sarcasmo y se queda en una suerte de comedieta de segunda generación. Una pena.
PROS: Libero de Rienzo, que conserva el encanto del vecino coleguilla.
CONTRAS: El personajes español… No puede ser más pedante esta niña.
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