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Tras el cuestionable Goya a Benicio del Toro interpretando al más famoso vendedor de camisetas de todos los tiempos llega la segunda película que nada tiene que ver con la primera. Dejando atrás las peripecias de su andadura e Cuba en esta ocasión Steven Solderbergh usa menos material de “archivo” y se centra sólo en unas cuantas conferencias dadas por el guerrillero en su viaje a Nueva York para hablar ante las Naciones Unidas, nada de entrevistas, conversaciones privadas y todos esos tips que aparecían como guiños para conocer al autentico Ernesto de su primera parte.
Con una estructura algo más lógica y menos “saltos en el tiempo” Guerrilla es bastante más pesada y pretenciosa que El Argentino y no sólo por la narración o lo que pretende contar, es también más pretenciosa en el casting, donde aparecen un sin fin de caras conocidas más o menos camufladas con una diversidad de acentos que puede impresionar a los americanos pero que a cualquier hispanohablante le resulta cuanto menos chocante: Jaenada, Mollá, Ochandiano, Almeida, Diamond Philips, Bardem (Carlos, no se asusten), Santoro, Sandino Moreno, e incluso como aparición estelar Matt Damon (si, el mismo Bourne).
Guevara aparece en territorio Boliviano, allí organiza un pequeño grupo insurgente para comenzar una revolución e todo Latinoamérica con las mismas bases que ya inspiraron su acercamiento a Cuba. Esta película retrata u Che algo diferente, sigue siendo una figura inspiradora pero las intrigas y el poco apoyo que avocaron su nueva misión al fracaso planean sobre una narración a trompicones que lleva el lastre de conocer de antemano muy bien cómo y en qué términos acabó esta aventura. Del toro deja un poco de protagonismo a sus compañeros en la selva, un grupo muy heterogéneo, que provoca en el público cierta sensación de encontrarse atrapados en una narración vacua, lenta e imprecisa que no avanza por la imposibilidad de alargar la historia por dos horas más.
Habiendo visto ya las dos piezas de este obscenamente pretencioso díctico deja la sensación de que tras cuatro horas se han desaprovechado demasiados caminos.
PROS: El arranque que prometía las mismas maneras que su primera entrega.
CONTRAS: Que la sensación final del film no es todo lo placentera y realista que debiera.
La vida de este señor poco o nada me interesa, de ahí que no haya visto la primera película ni vaya a ver ésta, aunque lamento perderme la actuación de Del Toro.
ResponderEliminarTampoco me gusta nada Soderbergh. Lo único que me ha gustado de su filmografía es la primera de Ocean, y tampoco era para tirar cohetes (imaginate que pienso del resto de sus películas xD)
Saludos ;)
Ostis, veo que te emociona sobremanera todo el "elenco".
ResponderEliminarA pesar de tus filias y fobias y aunque tus comentarios fueran al revés mi consejo sería el mismo. No merece la pena.