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¡Cómo me gusta que los italianos se vayan a hacer las americas! Lo que no me gusta tanto es que las películas acaben siendo dobladas y pierdan las gracietas propias del choque cultural.
Pierfrancesco Favino es un italiano bohemio, un artista, que deja a su mujer y sus hijos en su pequeño y recóndito paraje italiano y parte hacia el sueño americano. Al llegar a Nueva York desaparece del mapa. No hay señales de él lo que obliga a Maria Gracia Coccinotta, su despampanante esposa a salir a buscarlo con sus dos hijos a cuestas. La sorpresa es mayúscula cuando en lugar de un hogar en la dirección que su marido le ha dado hay un descampado. Cuando finalmente lo encuentra se lleva una sorpresa mayúscula al conocer a su nueva mujer embarazada del retoño que ambos esperan.
Lo reconozco, me hace gracia esta película. Me la hizo la primera vez que la vi y me la hace ahora. Y eso que parte del encanto de estas cintas es que sus actores, hasta ese momento nacionales, se codeaban con actrices como… ¡¡Broke Shields!! Menudo lujazo. La tía que nadaba en el lago Azul. Motivo más que sobrado para dar los euros que vale la entrada.
Entre tópicos y situaciones ridículas trascurre esta comedia romántica cultural que puede hacer un apaño una tarde de fin de semana.
PROS: Su ingenuidad desbordante.
CONTRAS: El doblaje que destroza toda la gracia.
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