ÁNGELES Y DEMONIOS


*****

¿Qué se puede decir de la obra literaria del señor Dan Brown? Sus libros de estructura claramente cinematográfica compuestos por espectaculares tramas eclesiásticas que primero se atrevieron a indagar en la vida privada de Jesús y ahora en la del propio Vaticano han conquistado a público adicto a los bestsellers. Cada capítulo, de dimensiones cortas, acaba con un giro inesperado o una pregunta lanzada al aire para que el lector de autobús (o cualquier medio de trasporte) se deje trasportar a los escenarios de ensueño que el afamado Robert Langdon, en este caso Tom Hanks, en su papel de pseudo erudito con ínfulas de Indiana Jones y tremendo peluquín.

En esta ocasión la secuela-precuela de El código DaVinci nos introduce directamente en la elección del nuevo Papa, con un cónclave en plena ebullición y una bomba robada a punto de hacer explosión en el mismo centro de la cristiandad. Como en toda película trepidante la insufrible cuenta atrás tiene un pequeño golpe de estilo con otra complicación, los preferiti, los cuatro cardenales más aventajados en la carrera por convertirse en nueva cabeza de la iglesia, son secuestrados y amenazan con asesinarlos de forma pública.

Los fans de las novelas no vieron con muy buenos ojos la elección de Tom Hanks como protagonista (sexy y carismático) del libro. Ahora ya resignados y privando de todo tipo de connotación sentimental o romántica Ron Howard opta por realizar una larga y densa película extrañamente pretenciosa pero sustancialmente taquillera y que pasará a la lista de películas de “cine de verano”. Pero ¿qué esperábamos? Quizás un poco de condescendencia y un recorte de la duración algo dilatada de la película, por lo demás no hay mucha sorpresa.

Ilusa de mí, habiendo superado el melodrama de la inexpresividad de Tom Hanks , mis esperanzas recaían en el resto del elenco: Stellan Skarsgård, Armin Mueller-Stahl, el siempre fantástico Pierfrancesco Favino y sobretodo Ewan McGregor con alzacuellos (si, una es débil y ver a un tipo guapo de cura es siempre un incentivo más que razonable). Para mi desgracia las expectativas se desintegran por la monotonía del film, el poco humor que han conservado los guionistas y posiblemente el doblaje castellano con esos acentos en ocasiones imposibles que regalan alguna escena graciosa sin pretenderlo como os locutores nacionales anunciando a sus favoritos en función del país de procedencia (siendo el español anunciada por una morena sudamericana por aquello de crear confusión)

Obviamente se pueden decir muchas cosas malas de Ángeles y Demonios, casi lo mismo que se pudo decir en su momento con El Código DaVinci, pero es evidente que todo espectador que disfrutara con la primera lo hará igualmente con la segunda. Al menos Howard no te engaña, lo que ves es lo que hay.


PROS: ¡Qué bien le sienta al Señor McGregor el hábito! Va, en serio, no deja un minuto al descanso.

CONTRAS: Que eso llevado a las dos hora y media causa extenuación.

3 comentarios :

  1. Me temo que esta es de las de esperar a que la den por la tele o salga en DVD. La anterior me pareció bastante regular y el libro una tomadura de pelo. Pero en fin, la pasta es la pasta...
    Un abrazo, Ana.

    ResponderEliminar
  2. Paso de estos Best-Sellers y sus correspondientes adaptaciones.
    Seguramente me perderé horas de entretenimiento superfluo, pero es que de verdad que nunca me encuentro con presencia de ánimo para estas cosas.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Zurullo total de película. Qué mala, por Dios. El montaje y la fotografía son del nivel de una TV-movie de las hechas con prisas. Que expulsen a todos los que han participado en ella del planeta, por favor.

    ResponderEliminar

Copyright © El lado oscuro del celuloide. Designed by OddThemes