50 HOMBRES MUERTOS

Hace algún tiempo era muy habitual encontrar películas con conflictos recientes en la cartelera, conflictos de esos que parece que siguen abiertos y enfrentan a un país. Mientras es normal en nuestra americanizada visión del cine recordar los héroes de guerras pasadas no lo es tanto en Europa el contemplar los enfrentamientos internos de nuestros propios países. En España nos estamos hinchando a hacer películas dramáticas sobre la Guerra Civil otros han decidido esconder su historia nacional lo más posible en el celuloide. Irlanda ha tenido un resugimiento de sus fantasmas del pasado con esta suerte de Donnie Brasco a lo Ulster que no llega ni de lejos a las aproximaciones del conflicto que se hicieron en los noventa.

50 Hombres Muertos es una revisión desde el biopic a los hombres y mujeres que se enfrentaron durante los 80 a la realidad de Irlanda del Norte. Su protagonista es Brendan, un jovencito de los suburbios con un futuro dudoso que acaba siendo reclutado por el MI5 para que se infiltre en las filas del IRA, hasta aquí poca novedad, lo malo es que después de esto tampoco hay mucho más que aportar.

Dos años tardó en estrenarse en nuestro país este dama con tintes de acabar siendo la típica película comodín de sobremesa. Lo curioso es que su factura técnica y las interpretaciones de Ben Kingsley y Jim Sturgess son bastante notables y el cameo de Rose McGowan podían dar suficiente juego para haber conseguido un estreno un poco más vistoso en las salas de cine.

A pesar de las virtudes defendibles sólo en comparación con el cine irlandés que no acaba saliendo a Europa la cinta tiene todas las de perder con un acabado algo anodino y poco interesante fuera del contexto histórico. Lo que a muchos irlandeses le puede parecer una cinta ciertamente lograda y realista fuera de su propia visión acaba siendo una sucesión de escenas de acción que convierten la película en un melodrama con tintes de thriller de acción que puede conseguir benévolamente un aprobado raspado.


PROS: Sus actuaciones.

CONTRAS: Su poca consistencia.