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Jennifer López tiene su reloj biológico hiperactivo y decide que tener una criatura (apliquemos la preciosa ley de igualdad) y como no tiene varón cerca recurre a un ginecólogo. Justo ese mismo día se encuentra accidentalmente con Alex O'Loughlin (Moonlight), el hombre de mi vida, digo, el hombre de su vida. Y claro, caen perdidamente enamorados y deciden superar la barrigoncia incipiente y la “perdida del antiguo culo de la López” para llevar una dura vida de padres.

PROS: La gracia del personaje masculino, y no me refiero a su capacidad de generar risas.
CONTRAS: La inconsistencia de una historia mil veces contada con un enfoque poco creativo.
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