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Edmond es un hombre normal, con un trabajo mediocre y una integridad hasta el momento impoluta. Retraído, servil y con poco carisma un día decide alzar la voz, hasta el momento sumisa para criminar al mundo el modo de tratar a los pobres mortales.
Y es que tras esta cinta tortuosa pero sencilla con pocas ínfulas y mucho contenido se esconde una magistral obra teatral de David Mamet, el creador de Glendarry Glen Ross y otras tantas críticas al sistema americano y con el mismo bisturí y la misma mala intención, aunque con una ambientación algo pobre y una factura algo más que mejorable. A pesar de esos defectos formales la lectura que se extrae de las andanzas nocturnas de Edmond son sin duda más de un motivo para echarle un buen vistazo a esta crepuscular y deprimente (pero a conciencia) cinta que inspirará a más de uno en sus días malos.
PROS: Reconocer las odiseas de cada día y ver realizadas las fantasías de venganza del ciudadano medio.
CONTRAS: Un final algo facilón.
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