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Un hombre se despierta dentro de un ataúd ajo tierra. La angustia que sigue a unos créditos muy Hitchcockianos donde se demuestra que la apuesta fuerte será el audio agobiante de la cinta. Durante los 90 minutos siguientes llamadas de teléfono, burocracia y la incertidumbre ante la muerte hace un recorrido por todas las angustias humanas habidas y por haber lo cual es el acierto más notable de esta película.
La elección de Ryan Reynolds interpretando a este contratista y padre de familia que es secuestrado mientras trabaja en Irak no deja de ser una puesta arriesgada pero notablemente rentable y además sorprendentemente acertada viendo el resultado final. La claustrofobia que provoca en buena parte el metraje se desprende de la angustia que consigue trasmitir no sólo físicamente si no con todos los silencios ya que a parte del actor el otro gran protagonista es, sin duda, el sonido agobiante del film.
Les aconsejo encarecidamente que vuelvan a creer en el cine español, o no, porque por fin se abre a nuevas ideas y planteamientos que al menos son novedosos y chocantes.
PROS: El ambiente claustrofóbico que mantiene durante sus 90 minutos.
CONTRAS: Que en ocasiones peque de “americanismo” en exceso.
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