Director: Tomas Alfredson
Intérpretes: Gary Oldman, John Hurt, Colin Firth, Mark Strong, Benedict Cumberbatch, Toby Jones
Proyección: Verdi
Afluencia: 33 personas
Valoración: 5
En esta película se juntan dos de las constantes que predominan en los productores de Hollywood, a la que llaman la fábrica de sueños. Por una parte acudir a una versión, en este caso, de una serie inglesa con Alec Guinnes y James Mason, a su vez basada en una novela de John Le Carré titulada como en el original y el título de la película es igual "Calderero, sastre, soldado, espía", pero se quiere simplificar. Por otra reclutar a un director de éxito reciente en su país como es Alfredson con "Déjame entrar", obra de culto algo sobrevalorada. Y esta suma aporta más bien poco. Es interesante la descripción del hombre que busca saber quién está infiltrado en la red de espionaje inglés ya que nos lo presenta como una persona gris, que se baña en el Tamesis con sus gafas puestas o que no se inmuta ante la presencia de una abeja-avispa en un coche. El director saca partido de las ciudades en que transcurre la acción y nos deja un poso melancólico de un oficio que tuvo mejores tiempos. Pero como ocurre en muchas películas de este espionaje real en que cualquiera puede serlo hay abundancia de personajes poco claros y que retuercen la trama hasta que hace difícil seguir la historia. La frialdad del director tampoco ayuda mucho.
El elenco de los actores es digno y hasta Oldman, que suele ser un actor histérico cumple pero claro, las comparaciones con el original son inevitables y ganan los de la serie. Le pasa lo mismo a Hurt, que es su superior, con Mason. En un breve papel destaca y cómo Colin Firt que está lanzado desde que fue candidato a estatuilla con "Un hombre soltero". Hay una escena interesante, aunque con aires convencionales, la del niño gordo y desdeñado por sus compañeros que es captado por uno de los sospechosos y le enseña el oficio. Por cierto decir que el título original obedece al nombre que les pone Oldman a los sospechosos. Aquí lo de las clave funciona que da gusto. Una vuelta a los espías caseros sin mayor trascendencia
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