Película: The yellow sea
Director: Na Hong-Jin
Intérpretes: Ha Jung-wo, Yun Seok-Kim, Jo Seong-Ha, Lee Cheol-Min, Kwak Byeong-Gym
Proyección. Verdi
Afluencia: 37 personas
Valoración: 5
Corea del Sur entra en la historia del cine occidental gracias a
las películas de Kim Ki-Duk, sobre todo con la escalofriante "La isla".
Posteriormente el director más conocido es Bong Joon-Ho con "Memorias de
un asesino" y "The host". Sin embargo Tarantino dice que muchas de sus
películas beben de esta cinematografía, que ahora conoce bastante
difusión gracias a los festivales internacionales. En el de Sitges se
presentó la obra de la que hablamos y la anterior de este director, "The
chase", que aquí se estrenó directamente en DVD. La película que nos
ocupa ganó el premio al mejor director y se presentó en Cannes en la
sección "une certain regarde".
Su historia se centra en un pobre hombre
que vive en una ciudad pequeña como es Yanji en China pero que es un
enclave para ir a Rusia o a las Corea. Sus problemas viene de la
emigración de su mujer a Corea del Sur en busca de una vida mejor. Pero
debe dinero a los mafiosos de turno y trata de ganárselo jugando al
Mahjong. Pero sus acreedores están al acecho y le proponen matar a un
mafioso coreano. Acaba aceptando y además se va a ese país en busca de
su esposa de la que no tiene noticias desde hace tiempo. Pero las cosas
salen de otra manera.
Es un comienzo pausado, hipnótico, con dos actores
que bordan sus papeles de pobres diablos, que ya estuvieron al frente
del reparto de la anterior película de Hong-Ji. Después se va
complicando todo con logradas persecuciones en coche y muertes y más
muertes donde los cuchillos, alguna pistola, una llave inglesa, hachas y
hasta un hueso de jamón nos hacen ver un aquelarre de sangre por
doquier, aunque con cierto parecido al ketchup. Ello hace resentir la
historia y hay momentos en que resulta poco creíble que al protagonista
no lo cojan. Da la impresión que sus perseguidores son ridículos También
vemos que matar no es fácil, como decía Agatha Christie y remite a
"Cortina rasgada" de Hitchcock. Al final el guión es lo de menos y
asistimos a una fatigosa coreografía de muerte y sangre. El final es
interesante, con el protagonista, que, curiosamente, no mata a nadie, en
una barca que surca el Mar Amarillo y que fallece de manera apacible.
La irregularidad es la tónica dominante de esta obra.
No es de extrañar
que el director de "Kill Bill" tomara nota y supere a sus maestros.
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