Película: Las nieves del Kilimanjaro
Director: Robert Guédiguian
Intérpretes: Ariane Ascaride, Jean-Pierre
Darroussin, Gerard Meylan, Marilyne Canto, Gregoire Leprince- Pinget.
Proyección: Verdi
Afluencia: 16 personas
Valoración: 5
Uno puede pensar en un primer momento en una película de
los años cincuenta con el mismo título basada en una novela de Hemingway
donde brilla claramente su musa, Ava Gardner. Pero en realidad es una
canción de Pascal Donel y es un proyecto de viaje que le ofrecen sus
hijos a la pareja protagonista tras celebrar sus treinta años de amor.
Pero la historia central toma como referencia un poena de Victor Hugo
donde se habla de la solidaridad entre gente pobre. Con esta película
vuelve Guédiguian a su lugar de referencia, a su Marsella, a ese
ambiente de desfavorecidos habitual en sus películas más famosas como
"Marius y Jeannette", "De todo corazón", o "La ciudad está tranquila".
También a sus actores habituales como su mujer Ariane Ascaride,
Jean-Pierre Darroussin o Gerard Meylan. Durante algún tiempo estuvo
dedicado al cine histórico del que aquí sólo se estrenó "Presidente
Mitterrand". Aquí se centra en un sindicalista que por problemas
laborales es despedido del astillero donde trabaja junto a otras
personas con circunstancias distintas. Él se acoge a una prejubilación y
su problema mayor es adaptarse a la nueva realidad de disfrutar de su
mujer, hijos y nietos. Pero hay un chico que no tiene ese colchón y por
problemas monetarios y sacar a unos hermanos adelante, sin padres
responsables, se ve abocado al robo. Y con otro compañero decide asaltar
la casa de este matrimonio. Y a partir de ahí la vida no es igual para
todos. Se crean problemas de conciencia y se desliza cada vez más a una
fábula amable en la que muchas cosas son forzadas como el hecho clave de
cuidar de los niños abandonados por parte de estos "pequeños
burgueses", como dice el protagonista, habiendo denunciado previamente
al chaval, aunque luego se enteran de su historia.
Es cierto que el
director no cae en la demagogia o en el ternurismo pero coge elementos
dispersos que no logran dar una cohesión al conjunto. El retrato de los
adultos está conseguido y uno no deja de admirar la química de los
actores, sobre todo esa maravillosa Ariane Ascaride, que enamora con su
fragilidad que esconde una gran fortaleza, al igual que Darroussin con
sus problemas de conciencia. El retrato de los jóvenes no cala y da una
imagen de gente superficial, incluso el ladrón es monocorde. Podría el
director hacer una continuación en la que se planteara la reacción del
detenido al saber que sus hermanos son cuidados por quienes le han
denunciado, aunque fuese a su pesar. Acierta la película en que un
despido no es igual para alguien que ha trabajado desde hace tiempo y se
puede acoger a una prejubilación que alguien que está empezando. Pero
no hay que olvidar que muchos siguen buscando, a pesar de sus problemas y
no siguen una senda tremendista. Película necesaria en estos tiempos,
con un mensaje de solidaridad que es preciso en estos tiempos tan
individualistas. Pero el conjunto no deja de ser desigual.
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