Director: Ignacio Vilar.
Intérpretes: Monti Castiñeiras, Marta Lado, Arantxa Villar, Melania Cruz, Artur Trillo.
Proyección: Princesa.
Afluencia: 23 personas.
Valoración: 4.
Un título extraño y, para colmo, es una palabra que no se menciona en ningún momento a lo largo de la cinta. Se refiere a la concatenación de los astros en el océano para formar las mareas vivas (como curiosidad, algunos miembros del reparto han trabajado en esa serie, buque insignia de la TVG) y es propia de donde transcurre la acción, en Costa da Morte. Ignacio Vilar es de los pocos directores de la tierra que va manteniendo una carrera propia con temas pegados a la realidad donde vive y con notas mágicas. De él se pudo ver el pasado año "A esmorga", la cual proyectarán mañana en "Versión española", todo un acontecimiento por ser una rareza ver proyecciones de cine rodado en gallego y uno de los mayores éxitos rodados en la lengua de Cunqueiro. Lo que me llamó primeramente la atención fue la profesión del protagonista, técnico de sonido, dedicado a captar la vida de los lugares donde trabaja desde el mar a las conversaciones pasando por la naturaleza circundante. Se da una gran importancia a los detalles y lo que puede captar el oído es cuidado con mimo, al igual que la fotografía. Una manera original de acercarse a la realidad. Le presentan una guía, dedicada a la captura de algas, otra tarea llamativa. Con estos materiales parece que va surgir lo mágico aunque su presentación es poco original pues ya se ha visto mucho y no produce mucha sorpresa. La historia de los protagonistas está llamada a ser especial pero el hechizo en la pantalla no se produce pues está trillada de tópicos como el hombre atado a un mal matrimonio y una esposa pesada y una mujer insatisfecha en su unión y en su entorno y eso que, en un principio, se toma el mundo por montera y desafía a las habladurías pero le entra el vértigo. Al final el realismo mágico presente en el guión es incapaz el director de plasmarlo en pantalla y le queda una historia de caminos trillados, con un final con situaciones incoherentes y y un cierto aire poético (el principio y el final es el mismo, la chica en el mar cogiendo algas) forzado. Lástima tirar por la borda los mimbres presentes. En cuanto a los a los actores se rodea de un elenco habitual en sus trabajos pero Monti Castiñeira no me dice nada y los secundarios dejan bastante que desear. Sin embargo me entusiasma Marta Lado, en su segunda película con Villar por su belleza, talento y darle un pose mágico al papel interpretado salvándolo con creces de la vulgaridad. Lástima de trabajo, el peor visto hasta la fecha de su director. Y eso que arriesga pero ya sabemos lo difícil que es plasmar la realidad especial.
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