Director: François Ozon.
Intérpretes: Paula Beer, Pierre Nenay, Johann von Bulow, Marie Gruber, Ernst Stozner.
Proyección: Renoir.
Afluencia: 50 personas.
Valoración: 8.
Hay que tener valor para atreverse a hacer una versión de "Remordimiento" de Lubitsch, en una de sus escasas obras dramáticas, basada a su vez en una obra teatral de Maurice Rostand, hijo de Edmond, el creador de "Cyrano de Bergerac". También indagar en las heridas que producen las guerras en cada país, incluso en los que son considerados vencedores. Y el colmo en estos tiempos de pseudoracionalidad enfrentase a una empresa tan dura como reflejar en pantalla un amor loco hacia un muerto y sacar una historia romántica cercana a lo que este término en lo desaforada, llena de dificultades y sin ser nada almibarada. Pero Ozon se está convirtiendo en una de las mejores referencias al hacer cine. Y en esta cinta logra hace actual un material centrado en la Primera Guerra Mundial donde vemos la devastación en la cercanía de los rostros de los lugareños y en hacer algo actual, aunque extraño en su momento como el pacifismo. Un montón de temas que el director combina con sabiduría y, además, sin regodearse en la ambientación. El eje es la aparición de un soldado francés, con su ser atormentado por haber dado muerte a un soldado alemán y su deseo de pedir perdón a su familia. Pero no es fácil y conoce a esa novia fiel a su memoria, incapaz de enterrar a su amado en su mente. Estos materiales fluyen con pasmosa naturalidad gracias a un ritmo pausado, delicado, modesto, logrando acercarse la película a ese cine de los años treinta, con una fotografía en blanco y negro lograda y bien matizada aunque el color, también de diferentes tonalidades da un aire caprichoso. Por una vez la dirección artística no es exhibicionista y con ello logra no ser cargante aunque algún momento no está logrado (la muerte de Frantz). Podría haber acortado más y quizás no ocuparse de la parte francesa pero es muy interesante el ver a esa nación ganadora, pero en realidad no lo parece y no ser tan explicativa. Muy bueno el conjunto de actores destacando Pierre Nenay, llamado a ocupar el cetro de Depardieu o de Auteuil dando una maravillosa imagen de galán romántico de tiempos pretérito. Obra muy recomendable más allá de una época.
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