Chuck es un tipo simpaticote, buen mozalbete y guaperas. Pero no es muy afortunado en el amor. Eso va a cambiar en una boda de una amiga cuando ella descubre al mundo que está encantado (o maldito, según se mire), parece que cualquier mujer que se acuesta con él se casará con la siguiente persona que bese desdee que de pequeño, tras un traumático juego de la botella, una chica lem maldijo. En el mismo día conoce a una bella jovencita que parece seguida por el desastre, una cuidadora de pingüinos con una habilidad especial para destrozar todo lo que toca de la que obviamente se va a enamorar. Con todas las mujeres de la ciudad deseando sus favores sexuales para llegar al altar cuanto antes y la mujer de su vida esperándole Chuck tendrá que tomar algunas “dolorosas decisiones”.
Estoy confusa con esta película. Un comienzo inmejorable de comedia absurda (con un hombre abrazando casi a su pene) la cosa deriva por derroteros un poco extraños. Tan pronto se intenta colocar en una línea Farreliana como salta a la comedia juvenil más tópica.
A pesar de este cruce de sensaciones me ha parecido de lo más refrescante que he visto en bastante tiempo. Si bien la presencia de Dane Cook, hasta ahora un autentico desconocido para mí (ya que intento olvidar desesperadamente su papel en Mr. Brooks así como el resto de la película y porque no tiene nada que ver su actuación en esta con la otra) ha sido gratificante. Hace mucho que no se veían caras nuevas en la comedia americana. Por otro lado también ayuda la correcta Jessica Alba como pareja perfecta (¿No ha adelgazado mucho esta chica?) han ayudado a redondear un poco más.
No es una obra maestra del género pero puede ayudar a acostumbrar a un público a un híbrido entre lo más alocado de la comedia actual y un poco de contención.
PROS: Algunos momentos realmente cómicos al inicio del metraje.
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