QUANTUM OF SOLANCE

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Mucho se ha escrito sobre la conciencia de la saga Bond de cambiar de aires. Por eso en Casino Royale, una de las películas más exitosas monetariamente, se pensó en darle un toque mucho más personal al mítico agente secreto, quitarle su coraza de mito y convertirlo en un hombre hecho y derecho con sus debilidades y flaquezas. Precisamente eso es lo que hundió en un sopor casi insoportable el final de la primera cinta que era hasta su momento romántico bastante potable.

Este Quantum of Solance nos deja en el mismo punto donde estábamos con un Bond resentido, ajeno a sus responsabilidades y con sólo afán de venganza. Un Bond que para más INRI no abre la boca en la mayor parte de la película limitándose a poses de “morritos” algo inverosímiles.

Si no recuerdo mal sólo un Bond cayó en las redes de una mujer antes que Craig. No lo recordarán porque el pobre Lazenby duró exclusivamente una película en su papel de agente con licencia para matar. Al final de su corta estancia en el olimpo de los dioses contraía matrimonio con una jovencita que acto seguido era asesinada por un francotirador. Afortunadamente para el pobre George su vida se vio recompensada consiguiendo hacer varias cintas con Bruce Lee que aún a día de hoy son considerados clásicos en oriente.

Y es que Bond con sus chicas explosivas y sus escarceos amorosos es una cosa y Bond enamorado otra muy diferente. Así que el lastre de su pasado relación unido a un villano un poco chapucero y una chica Bond bastante menos atractiva de lo que nos tiene acostumbrados y con la que, además, tiene bastante poco contacto carnal simplemente envuelven esta última entrega de una apatía irreverente.

Por eso exceptuando en contados momentos esta cinta con persecuciones forzadas y acción a raudales con un montaje más propio de la saga Bourne que de una elegante película de espías me ha dejado fría. Ni el magnetismo del francés a la búsqueda de algo en medio del desierto me ha impresionado y mucho menos la resolución de convertir al mítico personaje en un pelele inconsecuente.

Sólo la impresionante puesta en escena de la reunión secreta de Tosca ha conseguido cautivarme hasta pensar que la película podría remontar el vuelo. Una ópera que habla de los mismos temas que parece que preocupaban a Bond, la traición, el asesinato y la venganza. Pero por desgracia Tosca no hace más que evidenciar que la vacua propuesta de esta veintidosava entrega es bastante mediocre.


PROS: La reunión secreta en pleno auditorio.

CONTRAS: La ausencia de diálogos incisivos y gracioso que recaen en su mayoría sobre el personaje de Giancarlo Giannini.

1 comentario :

  1. Una de las mayores decepciones del año. Mediocre cinta de acción y aún más mediocre entre de Bond.

    A años luz de Casino Royale.

    Saludos ;)

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