GÉNOVA

Michael Winterbotton vuelve a regodearse en un drama intimista y atormentado donde los sentimientos de los tres protagonistas principales se convierten en un laberinto que guiarán al espectador a través de sus desdichas y de una ciudad envolvente y fascinante.

Cuando Joe pierde a su mujer en un desgraciado accidente decide que lo más razonable para toda la familia es mudarse y comenzar una vida nueva en un lugar diferente. Ante la reticencia de la hija mayor y los desarreglas de la más pequeña, causante del accidente, Joe se encuentra ante varios problemas: criar a dos niñas, comenzar de cero y aprender a convertirse en padre de verdad.

Mientras Kelly, la hija adolescente, acaba adaptándose a la ciudad gracias a los chicos y las experiencias de adolescentes que vive ajena a su padre la menor, Mary, lo lleva mucho peor. Ve a su difunta madre continuamente y será absorbida por el espíritu de la ciudad.

Hay cosas de Génova que me gustan mucho como los ambientes claustrofóbicos a los que el director somete a todos los personajes independientemente de que puedan estar en la más “maravillosa” playa italiana, o la fragilidad nunca mostrada pero yacente de Joe encarnado por un Colin Firth que sigue convenciéndome mucho más como actor de comedia que en los dramas. Y otros factores que consiguen alejarme del entorno que había conseguido crear como la desesperante Catherine Keener que por primera vez en mucho tiempo ejerce sólo de marisabidilla y pesada comparsa o las idas y venidas de la desastrosa hija menor que acaban por agotar la paciencia del espectador.

Y es que Génova es una película que sólo acaba de convencer gracias a la hija adolescente del cabizbajo Joe en una suerte de Inocencia Interrumpida con implicaciones mucho más interesantes que las que puedan afectar al resto de los compañeros de aventuras italianas.

Por eso Génova no gustará a un gran público acostumbrado a historias mucho más simples de digerir, más ligeras y posiblemente mejor contadas pero no disgustará a los seguidores de Winterbotton ya que parece que es el paso lógico viendo su filmografía hasta la fecha.


PROS: Aislar el personaje de Nelly puede dar atisbos de lo que podía haber sido, la relación con su padre pasa tan desapercibida que duele.

CONTRAS: No haber visto el potencial de Firth en una cinta con tanta carga italiana, exceptuando un par de frases al inglés no le regalan lucimiento ni en otra lengua.