TERMINATOR SALVATION

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Año 2018, John Connor es ya un hombrecito y cabeza visible de la resistencia humana contra Skynet. El futuro está tomado por los Terminators, máquinas infernales de diversos tamaños y texturas que van evolucionando a pasos agigantados para conseguir acabar con la raza humana. Connor sabe lo que le depara el futuro, e incluso el pasado, por eso cuando interceptan una lista de objetivos de los Terminator se pone en marcha para evitar que la humanidad desaparezca, por cuarta vez.

Apelo a su espíritu ochentero y quiero que tarareen conmigo el martilleante ritmo musical de su banda sonora: Tum Tum Tum Tum Tum Tum. Oye, los pelos como escarpias.

Y es aquí donde Terminator engancha a toda una generación de seguidores, legiones que disfrutaron con Sarah Connor como heroína y revivieron la trasformación de “Chochi” de malo malísimo a niñera en apuros, los que observamos los efectos especiales crecer desde los animatronics de Cameron hasta llegar al terrible T1000,… y aguantan estoicamente minutos y minutos de acción desmedida sin preocuparse mucho del engranaje que lo mueve.

Sam Worthington es una proeza de la ciencia y, pese a su no conciencia de lo qué es y un sentimiento demasiado redicho de redención, se convierte en la piedra angular de esta innecesaria pero bienvenida fantasía futurista robando protagonismo y planos al mismísimo Bale que parece dispuesto a convertirse en todos los héroes del cine actual.

Nos encontramos pues ante cine espectáculo para llenar multisalas pero los fans de toda la vida requieren un poco más de mimo y por tanto pueden ser los más perjudicados de esta apuesta por el CGI de McG. Apuesta arriesgada y algo chapucera que en ocasiones consigue que parezca más una película de Transformers que Terminator. Apuesta por recrear un Terminator que nos es familiar y que incluso arranca algún aplauso del público, la imagen del mal que aparece por primera vez en pantalla a falta de diez minutos para terminar la cinta.

Y es que si hay algo que se le pueda echar en cara al plantel de guionistas es que Terminator 4 no tiene un malvado de verdad, sólo pequeños conatos en forma de montañas de metal con metralletas mortíferas y con escalofriante mala puntería. Skynet se vuelve tan etérea en este ir y venir de nuevas máquinas que no conseguimos centrar nuestro odio en ninguno de sus productos divagando en esa dicotomía entre un Connor algo soseras y un nuevo y efímero Marcus Wright que se acaba llevando el gato al agua como lo mejor del filme.

Un ejercicio caro y decepcionante.


PROS: Los guiños a la saga original, la cancioncita, la gasolinera, e incluso la buena intención del último enfrentamiento.

CONTRAS: Renunciar a la estructura clásica para convertir la cinta en una aventura a dos bandas sin un buen malvado.

2 comentarios :

  1. La verdad es que si, Sam se come con patatas a Bale XDD

    Buena crítica

    Saludos

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  2. Decepcionante Christian Bale, que se ha quedado atrapado en el lado oscuro de Bruce Wayne. El resto de la peli, lamentable. La ambientación a lo Mad Max es patética, el guión es digno de cualquier niño de cinco años, los efectos especiales son tacaños. Lo único salvable, es cierto, es el muchachote biónico. Que me devuelvan el dinero.

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