ALGO PASA EN HOLLYWOOD

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Antaño Barry Levinson levantaba con cada nueva cinta una polvareda de críticas positivas y negativas. Le gustaba dar un toque cínico que confía a sus guiones un punto diferente en el panorama de Hollywood camuflando críticas sociales como películas taquilleras ante los ojos de una audiencia que asistía a diversas cintas sin percatarse del engaño.

Incuestionable poder de convocatoria como el que pocos directores cuentan y que permite reunir a tanto actor famoso con un guión tan pobre y unas pretensiones críticas cuestionables. Consigue liar a Sean Penn o Bruce Willis para reírse de sí mismos y a otro nutrido grupo de buenos actores adictos a los productos independientes como Robert De Niro, Stanley Tucci, John Turturro, Robin Wright Penn o Catherine Keener para completar el grupo de productores y personas del estudio para acabar de dar una visión tétrica de todo lo que rodea al séptimo arte lejos de los estrenos multitudinarios y los flashes.

Ben presenta su última película. El screener con público da comienzo a las dos semanas más largas de su vida. Un director excéntrico que no va a dar su brazo a torcer, un Sean Penn despistado y preocupado por cómo resulte todo, la mandamás del estudio bastante tocapelotas y después su vida personal en forma de infierno conyugal y su siguiente película torcida por las pretensiones estéticas de un divertido y cargante Bruce Willis. Se acerca Cannes y con esa cuenta atrás sobre su cabeza tendrá que lidiar con toda la maquinaria de Hollywood para mantener su carrera y su cordura.

Buenos Días Vietnam o Rain Man a finales de los ochenta hacían presagiar que podía darnos grandes títulos comprometidos y entretenidos al mismo tiempo. Pero desgraciadamente en algún momento la carga política y de denuncia deshizo la magia de sus películas más preocupadas por una carga moralizante al uso que por dar verdadero jugo creando las sobrias pero sin alma: Sleepers, Donnie Brasco, La Cortina de Humo, etc. Todas ellas con un respaldo absoluto de la cúpula actoral de Hollywood que vio recortados sus sueldos para poder estar en sus cintas. Ahora con esta nueva sátira de Hollywood Levinson se aleja aún más del cine comercial con una poco convencional película lenta y desatinada sobre el juego interno de los grandes estudios que posee poco o nulo interés en un espectador normal. Carente de ironía y con un tono siempre tétrico consigue que todos sus personajes caigan antipáticos y el guión avance a trompicones hacia un desenlace anunciado.

De una mediocridad sorprendente.


PROS: Bruce Willis, corto , conciso pero graciosote.
CONTRAS: La apariencia de comedia negra que se queda en eso, en apariencia.

3 comentarios :

  1. Bastante razón llevás (y me gusta este tono más amargo para criticar, jeje.)

    Yo me la encontré en un video, me llamó la atención por la posibilidad de una buena sátira, me reí de algunos chistes y ya se me había olvidado. Nada más. Ni nada menos.

    Saludos.

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  2. ay que desazón!
    me había encantado esa película, el stress pre estreno, los vericuetos y egos en constante puja, las historias negras de cada uno, siempre conocidas por todos , pero no por eso menos queridos...
    gustos diferentes!

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  3. No logré terminarla. A falta de media hora más o menos, decidí poenrle fin al soberano aburrimiento que me estaba causando (lo mejor, por no decir lo único bueno, el momento con Willis cabreado y la interpretación de Michael Wincott)

    Saludos ;)

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