LUNA NUEVA

Supongo que decir que lo mejor de la película de Luna Nueva es lo peor para cualquier quinceañera hormonada (público potencial de la misma) sería matar las esperanzas de miles, qué digo miles, millones de lectoras adolescentes del mundo es que en esta segunda e insulsa parte de la saga Crepúsculo la aparición de Robert Pattison en escena se ve reducida a escasos 15 minutos siendo sustituida por la parición de media docena de hombres lobos descamisados.

Poco se puede decir del argumento de esta cinta de terror romántico adolescente. Bella es abandonada por su churri vampiro y entra en una depresión que le hace buscar emociones fuertes. Su sexto sentido para encontrar todo lo “paranormal” de su pequeño pueblo le hace caer en los brazos (desarrollados) de su joven amigo indio que a parte de su parte nativa americana tiene un secreto aún más espeluznante. En estas diatribas amorosas se encuentra nuestra guapa y ñoña protagonista que se dedica a divagar entre los brazos de los dos macizos del cine actual durante dos horazas.

Debo confesar que a pesar de que el libro no despertara mi entusiasmo la primera parte de esta entrega no fue de mi total desagrado, pueden achacarlo a un excesivo consumo de azúcar o a una moderada y transitoria enajenación mental. Sin embargo ninguno de estos factores ha conseguido que pueda salvar de la quema esta segunda entrega que goza con el privilegio de ser una de las más insulsas y vacías cintas de la última temporada.

Son pocos los argumentos cinematográficos que justifiquen semejante inversión monetaria y que la gente acudiera a la sala a verlo más que , efectivamente, el gusto por alguno de sus protagonistas ya que tanto el guión como la narración resultan extremadamente monótonos y lineales. Los personajes tienen una dimensión tan plana que es imposible dibujar un argumento creíble o novedoso así que acaba convirtiéndose en una sucesión de planos preciosistas y aburridos nada satisfactorios.


PROS: Su capacidad para tener a un macizo descamisado cada 5 minutos (con o sin excusa aparente).

CONTRAS: Su insultante y ñoña previsibilidad.