CANINO

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Canino es una película peculiar. Y digo peculiar porque a cualquier cinéfilo que se precie le resultará inquietante, desconcertante y extraña a la vez que atrayente. La cinta griega ganó el premio “Una cierta mirada” en Cannes el año pasado. Un a competición que además tiene en común con ella que su nombre podría definir el argumento de la misma.

Durante su primera mitad reina el desconcierto. Nos encontramos con una familia con tres niños entre la adolescencia y la edad adulta. Enseguida se nota, con el primer diálogo y su primera voz en off, que hay cosas que hay algo más allá de la aparente calma que rodea a este clan. Hay que esperar hasta que acabe la primera hora, sin embargo, para darse cuenta de lo que realmente sucede tras los muros del chalet donde habitan en un mundo protector pero tremendamente cuestionable.

Canino reparte mazazos a la sociedad a diestro y siniestro. No deja títere con cabeza en cuanto a educación, relaciones sociales y personales, sobreprotección, y demás vericuetos que hacen que cada nuevo secreto de la familia conduzca a su propia destrucción.

Giorgios Lanthimos crea personajes fuertes pero perdidamente censurables y se recrea en la violencia más natural del hombre, la que surge de la ignorancia. También consigue recrear escenas de una inusitada incoherencia gracias a sus propias normas, desde su vocabulario surrealista a las ideas impuestas por el progenitor, principal culpable de todos los hechos que trascurrirán en la pantalla. La cinta tiene de todo, crudeza y realismo, violencia emocional y física, descubrimiento infantil y sexual, y un baremo diferente de lo que es el bien y el mal que es la parte donde más cuesta conectar con la propuesta pero una vez realizado el reajuste y calibrado mental puede convertir a Canino en un debate interesante sobre cómo criar a los hijos y donde empieza y acaba la mutilación de la realidad para proteger a tu familia.

Aunque con retraso su estreno en España este 14 de mayo inspira confianza en que las producciones europeas consigan salir al exterior si tiene la energía suficiente y debajo subyace un nuevo planteamiento enriquecedor que las convierte en universales.


PROS: La inquietante mezcla de realismo dogmático y surrealismo subversivo.

CONTRAS: Que para apreciar todas las lecturas sea necesario verla más de una vez… ¿Aunque eso no puede ser también algo bueno?

1 comentario :

  1. Pues no recuerdo yo que hayas salido tan contenta de la película... ¿se ha revalorizado con el tiempo? ¿o te se ha apoderado de ti el síndrome gafapasta?

    Besitos.

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