Detesto cuando en las películas me hacen “trampa” y cuando los montajes se planean de tal forma que ves sólo lo que el director quiere hasta que te den los datos restantes es una de las cosas más sucias que se pueden hacer en el cine. Por eso cuando empieza Expiación siento que me voy a levantar de la butaca con un malestar terrible. Sobre todo al principio con esos flashbacks continuos, algo repetitivos y solamente aparentemente prescindibles consiguieron crear una intranquilidad que difícilmente recuperé en la segunda parte del film.
He dicho muy meditadamente segunda parte ya que está estructurado en tres espacios temporales diferentes y sigue a los tres protagonistas a lo largo de su periplo “expiatorio”: Briony una antojadiza y talentosa niña de alta alcurnia, su hermana mayor Cecilia y su amante Robbie Turner (hijo de la Ama de Llaves). Comienza la historia en el día más caluroso de 1935, con la guerra apunto de empezar y el ambiente muy cargado, una pequeña reunión en un impresionante palacio de campo sirve para presentar a los protagonistas de esta historia que desde el principio se antoja dramática y que conociendo al autor del libro, el Británico Ian McEwan, especialista en ficción romántica no deja muchas dudas sobre el contenido del metraje restante . Acusado de un crimen que no ha cometido por la hermana pequeña el amante de Cecilia acaba en la cárcel y por las circunstancias históricas en la guerra. Pero debo reconocer que tan pronto se calmaron esos frenéticos saltos al pasado para ver la historia desde los puntos de vista de todos los protagonistas y retornó la coherencia clásica vuelves a meterte de lleno en la historia donde todos los personajes buscan un reencuentro y van hilando las preguntas que dejaron sin respuesta en su pasado. Cierto es que la mayoría de las reacciones son predecibles pero en cierta forma es lo que se espera de un dramón de dimensiones épicas como este.
Es quizás el giro de la tercera parte lo que me ha dejado un poco indecisa a la hora de posicionarme ante esta mezcla de narrativa poética y ficción bienintencionada.
De todas formas una vez superado el visionado inicial muchas cosas encajan, las reticencias iniciales desaparecen y encuentras una cinta épico-bélico-romántica bastante interesante. Reconozco que la segunda vez que la ves le coges mucho mejor la gracia.
¿Es una gran película? No lo creo, es más bien correcta. Si necesitas cuarenta minutos para decidir acomodarte a disfrutar en la butaca es que algo falla. Precisamente esa audacia a la que hago referencia resulta tan confusa que muchos no den la oportunidad al propio film de explicarse a así mismo. En todo caso los que si consigan superar esa barrera podrán perdonar esos excesos y disfrutar de una película muy cuidada, con una fotografía impecable y un par de ideas lanzadas al aire que funcionan decentemente.
Estoy haciendo un estudio totalmente científico y documentado (todos sabéis lo seria que soy) sobre la evolución torácica de James McAvoy. He notado que de la última película donde se empeñaba en mostrar su cuero ligero de ropa a esta sus hombros y sus pectorales gozan de una inmejorable salud y posiblemente cerca de dos kilos de músculo para adornarlos que antes no estaban ahí. Una pena que no los adorne con sendas voluminosas patillas como en su antecesora, me haría posiblemente mucho más feliz. Todo el mundo sabe que hay pocas cosas mejores que un escocés medio desnudo.
¡Ah, su compañera de reparto dijo que James besa mejor que Orlando Bloom en la presentación de la película en Venecia. ¿nuevo mito patillar en ciernes?
PROS: No es la primera vez que declaro mi pública admiración hacia James McAvoy y en este caso también hay que dar su merecido grano de arena a las tres actrices que interpretan a Briony.
CONTRAS: Por poner una pega a parte de su osado planteamiento de montaje narrativo yo le serviría a Keira Knightley un buen plato de cocido porque consigue tener menos curvas, menos color y menos gracia que el palo de una escoba.
Publicar un comentario