Richard Gere se ha acartonado. No está tan fresco como en los noventa y eso se nota por fin en sus cintas (le ha costado pero por fin ha captado el concepto de que ser canoso y sexy no es atractivo cuando eres casi un anciano).
En La Sombra del Cazador interpreta a un intrépido reportero de guerra que en plena retrasmisión de Bosnia pierde la chaveta y se pone a despotricar. A los diez años del conflicto vuelven los reporteros a la zona y se reencuentra con su cámara de toda la vida (que ahora es un acomodado cámara del presentador estrella en Nueva York y no se la juega en conflictos bélicos). Entonces suelta la bomba, dice que sabe donde encontrar al Zorro, un tipo que controlaba el cotarro durante la guerra con el que además tiene algunas cuentas pendientes. Como los periodistas no son de piedra acaban, junto con el novato de turno, pateando la montaña en busca de los malos.
Richard Shepard dirige y también escribe el guión quedándose anclado en una sucesión inverosímil de escenas que a veces rozan lo ridículo. No se decanta pro la denuncia social o por el thriller por lo que decide usar de parapeto a sus tres protagonistas sirviéndose de sus interpretaciones para salvar la cinta.
Se echa de menos un poco más de coherencia entre la denuncia y las acciones que se desarrollan en la pantalla. Además a partir de cierto punto se convierte todo en una especie de película cómica donde parece más importante el trapicheo del personaje de Gere que el objetivo del grupo.
Un desastre convertido en un producto comercial cualquiera.
PROS: Los créditos finales, el sentido del humor de los destinos de los protagonistas que debían haber estad presentes durante toda la cinta.
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