Menuda tomadura de pelo de película. No es que no se sostenga o que no tenga sentido, es que lo que plantea I Know Who Killed Me es tan vergonzoso que cuando lo explican al final de la cinta da vergüenza ajena.
Lindsay Lohan interpreta en esta ocasión a una típica joven americana: popular, guapa, talentosa y prometedora que súbitamente es secuestrada. Cuando aparece medio muerta en una cuneta se cree que es otra persona, una stripper de oscuro pasado. La policía tiene que hacerla recordar porque es la única persona que ha escapado de su cautiverio y también la única pista para lograr capturar al asesino que ya es reincidente en el secuestro y mutilación de otras chicas de la zona.
Si, vale, lo hemos visto otras veces, por poner algún ejemplo salvado con cierta dignidad comercial en el caso de El Coleccionista de Amantes pero lo que nos ofrece este pseudo drama paranormal es más que otra cosa irrisorio. No sólo el guión da pena, además sus pobres interpretaciones resultan el compañero perfecto para acompañar la caída de su joven actriz principal que, seguramente, eligió el proyecto bajo las influencias de algún psicotrópico.
Aunque acabe de empezar el año me atrevo a presagiar que va a ser de las peores cintas que nos esperan con una calidad que casi no llega a la de telefilm de media tarde.
PROS: Para los hombres pueden ver un interesante bailecito de barra que seguramente será lo único que les mantenga despiertos en la proyección.
Publicar un comentario