Dos estudiantes de cine buscan un productor para su primera película. Entran por error en una oficina que resulta ser de películas de adultos. Sin comerlo ni beberlo se comprometen a rodar una película porno con una de las actrices más populares del género para un gangster en toda regla. El problema es que tienen que convencerla de que colabore y además luchar contra los problemas de cualquier director novato enfrentándose a padres, profesores, matones y demás impedimentos para su final feliz.
No perdamos de vista que a pesar de la mediocridad de la película me siento generosa e imbuida por una cordialidad inusitada voy a resaltar los aspectos más amables de esta tediosa pero no del todo despreciable comedia.
El primer punto equivoco es que ante la presencia de Carmen Electra le puedes colgar la etiqueta de comedia loca americana. Frena el carro. Vaya Par de ProductoreX, a pesar de este título traducido alegremente de I Want Candy (Juego de palabras de Quiero Caramelos o Candy, comose llama la protagonista) es en realidad una comedia británica por lo tanto en realidad es un humor más contenido y moderado por lo que a pesar del tema que trata las cosas se hacen con algo más de gusto.
En segundo lugar la ausencia de pretensiones la convierte en un vacuo intento de conquistar a un espectador que si va sin mucha expectativa esbozará alguna tímida sonrisa. Y, al contrario, aquel que haya picado por el jugoso cartel y la traducción del título puede caer en un gran sopor. La ironía inglesa y la maestría para pasar de puntillas sin caer en cuestiones escatológicas y jocosas a costa de bromas sexuales hace que sea una de las películas que , pese a su temática, enseñe menos carne de las que hay en estos momentos en la cartelera.
Por tanto y aunque me pese reconocerlo la cinta llega a un aprobado porque consigue un equilibrio durante todo su metraje. No se hace aburrida o pesada con un guión más o menos fluido a la vez que predecible que cumple a la perfección con todos los parámetros para ser una correcta comedia.
PROS: La contención y moderación de sus actores que no dejan caer en la parodia a sus personajes.
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