ASESINATO JUSTO

Ya uno no se puede fiar ni de dos carcas de la interpretación, y no es por hacer un uso indebido de la tercera edad, es porque a pesar de que los dos actores protagonistas de Asesinato justo sumen “más de 120 años en conjunto de profesión” no son capaces de salvar una cinta que se pierde dentro de su propio y grandilocuente discurso sobre la justicia divina y humana sin muchas contemplaciones.

Jon Avnet (que también perpetró 88 Minutos) dirige irregularmente este film de policías aparentemente corruptos optando por un hilo narrativo algo confuso, un largo Flashback a modo de confesión de una serie de asesinatos por parte de uno de sus protagonistas, todos los fiambres son delincuentes reconocidos en los círculos más dudosos de la ciudad de Nueva York. Los dos abuelotes (Al Pacino y Robert De Niro) a punto de colgar sus placas se enfrentan a este caso donde parece que tienen algo más que ver que su papel de investigadores mientras otros dos agentes inquietos (Donnie Wahlberg y John Leguizamo), les pisan los talones. También queda un poco de espacio para el “glamour del rapero 50 cents, o la presencia inverosímil de Carla Gugino.

Y es que ni la interpretación, bastante cuestionable por cierto, de sus dos protagonistas, ni el guión, prácticamente un esbozo que se alarga excesivamente, están a la altura del morbo despertado por ver a dos de los más grandes apareciendo en la misma escena.

Una hora y media (que en realidad parece el doble) que no deja al espectador indiferente en la butaca, simplemente porque la incomodidad de ver una película tan sumamente infantil impide que puedas quedarte sentado presenciando como se destrozan las posibilidades del film que sólo se puede calificar de decepcionante.


PROS: Dar una lección maestra de cómo no montar una película decente.

CONTRAS: La mediocridad en la que se asienta Avnet y el poco sentido del humor que le da a la cosa.