VICKY CRISTINA BARCELONA

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Parece obligado hablar de esta película. Reconozco que tenía la firme intención de omitir el visionado y la reseña de la última película de Woody Allen pero con el aluvión de premios de nuestra Pe, incluido el Oscar, es pecado mortal no hacerlo. A pesar de que la mitad lo hagan para despotricar. ¡Qué mala es la envidia!

Pero pobrecita mía, si los americanos dicen que lo hace muy bien a lo mejor tiene razón… ¡Ei! Que los ingleses le han dado un BAFTA. Y nosotros un Goya. Pues mira, ni con semejante retahíla de premios la peli española de Allen acaba de convencerme.

Dos americanas vienen en vacaciones pasar una temporada a las playas y cálidas ciudades españolas. Una de ellas llega enamorada de la cuidad, y en teoría enamorada de su futuro marido. La otra, una artista bohemia con poca constancia viene dispuesta a enamorarse también aunque no sabe exactamente de qué o quien.

Lo gracioso del tema es que Barcelona, tan presente en el titulo es la gran ausente de la cinta. Un reflejo turístico y anecdótico de la ciudad condal disfrazado de anuncio de viajes. Si hay una escala en el viaje de las dos americanas que marca sus destinos es sin duda Oviedo, gran amor de Allen y pequeño reducto que reserva el descubrimiento de las protagonistas de la carismática personalidad del bohemio pintor interpretado por Bardem, real objeto de deseo de todas las mujeres de la cinta.

Igual que Barcelona es la ausente en la cinta pero presente en el título Penélope Cruz lo es al revés, es la ausente del título y presente en la cinta. La madrileña es la tercera en discordia interpretando a la celosa y posesiva exmujer del pintor que acaba imbuida en un triangulo tormentoso y violento que le da la fuerza al personaje.

Pero ni Penélope, ni Bardem, ni tan siquiera la famosa Johansson consiguen disipar el hastío de película vacacional de la última obra del neoyorquino. Suele suceder que el humor de Woody Allen se personifica en los personajes que pululan por la pantalla con más o menos acierto. Y la gracia de sus personalísimos guiones recae en que uno de ellos suele ser su alter ego con sus problemas mentales e incluso psicológicos y siempre que decide que esa persona no sea él mismo acaba resultando raro, más aún si pretende que sea una mujer.

Vicky Cristina Barcelona no es una buena película y se debate entre la comedia y el drama sin conciliar los personajes. Pero claro, a mí, Woody Allen nunca me ha convencido. ¡Qué le vamos a hacer!


PROS: El panfleto turístico (casi) gratuito.

CONTRAS: Pues básicamente que ni frío ni calor.

2 comentarios :

  1. a diferencia del sueño de Cassandra, esta de Woody me encantó - comnzando por el deleite visual: que a ti te quedará cerca y sabrás la suciedad que no filmó, pero los filtros y tonos que usó suman y mucho.
    en cuanto a la historia y su desarrollo, entiendo que Bardem no sea tu tipo, pero creo que lleva el personaje adelante bastante bien, y el equilibrio entre las dos desequilibradas contrastando con la amiga aplicada me cerraron bastante bien.
    No quedan dudas que Woody es un estilo ante todo, y cuanto lo toleres o no es un catalizador de antemano para ver sus films.
    te mando saludos, me encanta tu forma de criticar!

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  2. Tecnicamente sólo hay u pero a tu comentario, Bardem me gusta y mucho, pero no me convence en esa cinta.

    Con Woody me pasa como con Almodovar, por norma geenral no me convence pero hay algunas piezas que son increibles. Mi favorita de Allen es el corto que grabó para Historias de Nueva York. No me he reido tanto en mi vida que con esa madre en el cielo dando por saco al pobre hijo judio solterón.

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