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Hay que reconocer que ver a Clive Owen ejerciendo de agente internacional está siendo una costumbre en el año 2009. Tras su intento de consensuar su capacidad para la comedia con Julia Roberts en Duplicity regresa a un género donde se encuentra incuestionablemente mucho más cómodo: el thriller de acción.
Un agente de la INTERPOL consigue por fin un enlace con el interior de una de las organizaciones más peligrosas del mundo, si, un banco. Sospechan que financian toda una serie de actividades ilegales relacionadas con atentados y armas. Con el asesinato de su compañero será consciente del peligro que corre para hacer llegar la justicia a las altas esferas monetarias del planeta.
La única persona interesada en ayudar al rudo agente es una guapa fiscal del distrito En el camino recorrerán Berlín, Milán, Nueva York, y Estambul. Seguirán pistas y por supuesto servirán alguna escena de acción hecha a medida de las grandes estrellas internacionales que adornan el cartel de la cinta.
Clive Owen se ha granjeado con el sudor de su frente una fama de tío duro en Hollywood. Entró por la puerta de atrás y con papeles poco lucidos hasta que por fin consiguió demostrar sus dotes para los papeles dramáticos aunque finalmente se ha encasillado como un rudo amante de las escenas de acción. Personalmente creo que productos como The Internacional, no hacen justicia al tremendo actor que es Clive Owen, y no porque quiera que se dedique en cuerpo y alma a hacer papeles como Closer, ¡No! Simplemente porque deja pasar las increíbles dotes de ironía que puede destilar el actor británico que consiguen hacer potables gamberradas como Shoot 'Em Up ya que sigue siendo el único actor vivo que sin mover un músculo de la cara te puede recitar a Shakespeare o echar un polvo con Monica Bellucci pegando tiros a diestro y siniestro.
Y casi lo mismo se puede aplicar a su errática compañera de reparto que más que coprotagonista es un mero accesorio para que luzca bonita en la pantalla.
The Internacional bebe de las novelas de Tom Clancy, Frederick Forsyth o John Le Carre. No recorta en viajes, explosiones, tiroteos y tramas ocultas aunque no sean originales ni comprometidas. Intenta abarcar la misma falsa profundidad que ellas y se queda en ese limbo cinematográfico de las películas que se pueden ver en las salsas de cine sin dejar una perecedera huella en el espectador.
Tom Tykwer, responsable de la personalísima Corre Lola Corre, dota de poca humanidad a este complejo puzzle internacional que seduce por sus escenarios mucho más que por su contenido y que deja para el recuerdo sólo la memorable y larguísima escena del Guggenheim.
PROS: El tiroteo y consiguiente destrozo del museo Guggenheim de Nueva York.
CONTRAS: La falsa profundidad de la trama adornada por paisajes y personajes insulsos pero sin ningún sentido.
No he visto la peli, pero tu comentario demuestra dos cosas:
ResponderEliminar1. Los directores personales/independientes la cagan cuando les ponen en sus manos proyectos comerciales y/o pasta gansa.
2. Clive Owen hará un buen Philip Marlowe (creo que se está barajando este proyecto)