LA REINA VICTORIA

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La reina Victoria fue una de las monarcas más queridas de Inglaterra, ella y su marido, el Rey “consorte” Alberto. Fueron una historia romántica que marcó una época después de tantos matrimonios en Europa concertados para consensuar las alianzas en el mundo. Por eso la jovencita pero tenaz reina siempre ha sido una de las figuras más estudiadas e idolatradas. La época victoriana trajo consigo mucho revuelo político pero esta cinta opta por retratar a la reina desde un punto de vista mucho más mundano e insustancial lo cual agradecerán los amantes de las películas románticas de época y pasa muy livianamente por todo el trasunto político que podía haberla dotado de una gran profundidad.

Sin embargo esta decisión beneficia al conjunto de la película ya que la capacidad intranscendente de la misma no hubiera conseguido reflejar fielmente los vericuetos de intereses internos mejor a pesar de haberlos abordado directamente quedándose en una suerte de descafeinada “Sisi Emperatriz” a la inglesa.

Jean-Marc Vallée, director de la impecable C.R.A.Z.Y nos regala un producto totalmente diferente a este título y por ende mucho más intrascendente. Quizás los fans del director esperábamos que debajo de toda esa carnaza folletinesca arraigase mucha más crítica y contenido pero, lógicamente, cuando la cosa se puede poner verdaderamente interesante es cuando acaba la cinta. La decisión de abordar sólo los primeros años de la monarca en el trono no consiguen mucho más que crear un marco sobre su lucha interna para ser autónoma y sus primeros tropiezos con los poderes políticos hasta ser “salvada” en múltiples maneras gracias a su romántico pretendiente/marido para comenzar uno de los reinados más longevos y beneficiosos de la monarquía británica.

En el apartado actoral Emily Blunt logra ser algo más consistente que en anteriores apariciones cinematográficas y habrá que tenerla muy en cuenta en un futuro. A pesar de ello Miranda Richardson con su breve papel casi consigue eclipsarla y Paul Bettany en ocasiones consigue ser ciertamente más carismático que el enclenque Rupert Friend. Además las apariciones de Mark Strong o Jim Broadbent acaban de completar el reparto de lujo.



PROS: La ambientación y todo el aspecto artístico. Y Paul Bettany, que parece hiperactivo últimamente.

CONTRAS: No apto para diabéticos, puede producir un exceso de glucosa en sangre.

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