DAYBREAKERS

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Me ponga cuarto y mitad de vampiros para adultos por favor. Uy, que esto no se vende así. A veces cuando la invasión temática me abruma pienso que se pueden comprar por kilos, ¡Qué tonta!

Daybreakers es una interesante película de chupasangres por lo maduro del enfoque y lo agradable de perder de vista el afán aleccionador de este género tan sobre explotado. Ethan Hawke es un vampiro con principios, trabaja como hematólogo para una corporación que se encarga de encontrar un modo de “curar” o al menos “hacer más llevadera” la necesidad de sangre humana de los vampiros. Con la población humana casi desaparecida y un déficit de alimentos los vampiros empiezan a mutar en una especie de Nosferatums sin conciencia guiados sólo por el instinto de supervivencia que atacan a cualquier cosa que se mueva tras mutar de forma desproporcionada. Sam Neil, el inquietante jefe de la corporación tiene grandes planes para aprovechar y rentabilizar su eternidad pero un grupo subversivo da un nuevo enfoque al trabajo del pobre vampiro.

Si el argumento de la cinta es algo simplón todo hace pensar que su desarrollo seguirá los mismos pasos. Pero en el caso de Daybreakers su primera mitad goza de una cadencia entretenida e interesante, aunque para ser honestos acabe estancándose hacia la mitad del metraje. Entre sus principales bazas están una cuidada estética visual y sus tres actores principales que conservan un cierto encanto. Willem Dafoe ya ha cogido el gusto a los temas fantásticos y Sam Neil goza de un estado formidable a pesar de lo poco vistoso de su alter ego. Hawke es quizás el más lineal, el actor, curtido en las lides del más puro cine indie no acaba de confiar en el género fantástico en el que raramente se ha dejado involucrar (fugazmente se puede recordar Gattaca). A pesar del agnosticismo vampiril que han generado sagas como Crepúsculo o la creciente fascinación adulta explotada por True Blood debemos reconocer que Daybreakers está muy alejada de ambas aunque mucho más cercana a la serie televisiva. Tiene un cierto encanto por lo gore que la convierte en un divertimento banal y si se obvian los pocos momentos moralizantes y se contempla como un ejercicio de terror se puede disfrutar muy gratamente.


PROS: Su entretenida carnicería.

CONTRAS: Un Ethan Hawke blandito.

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