En otro país



Película: En otro país.
Director: Hong Sang-Soo
Intérpretes: Isabelle Huppert, Kwon Hye Hyo, Jung Yu Mi.
Proyección: Golem
Afluencia: 14 personas
Valoración: 5

La película surgió en el marco de un festival de Cannes en que Isabelle Huppert quedó fascinada por la obra de este director muy conocido en esos pagos aunque aquí es un desconocido y eso que se ha publicado una colección en DVD con alguna de sus películas. Y él aprovechó esa admiración para rodar una película en que ella está es la única no coreana y explota las dificultades de comunicación entre extranjeros, a pesar de las sonrisas embarazosas o el intercambio de frases en inglés. Todo comienza cuando una chica decide dejar atrás sus problemas y escribe un guión con tres historias distintas protagonizadas por una francesa de nombre Anne. Vemos a la diva francesa con tres vestidos distintos con el fin de diferenciar las historias en un hotel, en una playa, en una tienda de campaña y buscando un faro. Es lo común a esas historias. Ella interpreta sucesivamente a una directora de cine, una mujer casada que decide verse con un amante y una separada que busca nuevos estímulos. También aparecen personajes comunes como el socorrista, los responsables del hotel e incluso se reiteran situaciones y frases tratando de crear gags, que, al fin y al cabo, son repeticiones de algo gracioso como nos enseñó el cine mudo. El experimento resulta liviano, con un gusto por los objetos interesante (la botella rota, la tienda, el paraguas...) y diálogos simpáticos (los encuentros de la extranjera con el socorrista son lo más logrado) que tratan de emular a Rohmer (en Corea se le considera al director un émulo de este francés, al igual que de Woody Allen) pero falta profundidad pues los personajes masculinos en muchos casos no están tan alejados de los estereotipos españoles tras las suecas en los sesenta-setenta. Sabe sacar partido a las diferencias culturales y, a pesar de los buenos deseos, se hace ver el abismo que hay entre dos mundos. Hay también su referencia al mundo del cine y a la fama pero lo toca sin fuerza. El humor es agradable y hay momentos divertidos (la mujer infiel imitando los sonidos de las cabras). Se nota y para mal el gusto de Sang-Soo de improvisar el guión pues hay personajes poco desarrolados como el monje de la tercera historia, aunque nos deja una pluma, demostrando su querencia por los detalles e hilvanar sus historias. La cámara resulta ser un personaje más con esos zoom transgresores aunque debían estar más cuidados. Una obra ciertamente interesante y agradable pero que no logra que se prenda fácilmente al pasar el tiempo

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