Película: Relatos salvajes.
Director: Damian Szefrón
Intérpretes: Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Óscar Martínez, Darío Grandinetti, Rita Cortese, Julieta Zyberberg.
Proyección: Acteón.
Afluencia: 70 personas.
Valoración: 6.
....Y se oyeron tímidos aplausos, pero se oyeron, algo que hacía mucho tiempo que no sentía al finalizar una proyección. Más en un recinto incómodo con los asientos bajos. Cada espectador es un mundo pero creo que una de las claves es que son seis historias guiadas por una misma mano y con el capital de la productora de los Almodóvar que dan una vuelta de tuerca a la violencia que va pegada de la mano con la venganza en una sociedad competitiva lastrada por la corrupción, la burocracia, el abuso de poder. Sale un producto de un humor negro, muy negro, pero eficaz y entretenido. La idea que toma el director son los "Cuentos asombrosos" de Spielberg. Es habitual la experiencia de rodar varias historias en una película, aunque conozco el caso de que haya un solo director pilotando el proyecto. Me viene a la cabeza el caso de Takeshi Kitano y "Dolls" o del compatriota de Szefrón, conocido especialmente por las series "Los similadores" y "Hermanos y detectives", Carlos Sorín y sus "Historias mínimas". La película que nos ocupa se ha convertido en un fenómeno sociológico en su país tras pasar por Cannes y es la elegida para luchar por los oscar del año que viene en el apartado de película de habla no inglesa. También ayuda una magnífica factura centrada sobre todo en los efectos especiales (atención al episodio de la carretera, escacharrante, o el del avión con casualidades bien hilvanadas o la "Bombita"). No dejo de lado el equipo actoral con lo más granado de esta tierra, hasta Leonardo Sbaraglia actúa y vaya si lo hace. Pero el humor que se me ofrece podía tener más veneno todavía (Y es lo más gracioso lo de la pelea de la carretera y el final "Un crimen pasional. ¿No?"). Es inevitable que haya historias flojas, que parecan sacadas más de un cortometraje o de una tira de humor pues la inspiración no es fácil de lograr en cada momento. Sabe llegar a muchos espectadores sin querer complicarse la vida pero yo pido mucho más para que no sea un entretenimiento con cierto mensaje obvio que nos dice que adiós a la educación cuando va todo mal, seamos subversivos cuando van mal dadas y más ante una sociedad ajena a nosotros. Es legítimo el entretenimiento pero creo que se debería complicar más. Pero no dejo de saludar esta oferta fresca y llevadera que no predominan mucho en nuestras pantallas.
Director: Damian Szefrón
Intérpretes: Ricardo Darín, Leonardo Sbaraglia, Óscar Martínez, Darío Grandinetti, Rita Cortese, Julieta Zyberberg.
Proyección: Acteón.
Afluencia: 70 personas.
Valoración: 6.
....Y se oyeron tímidos aplausos, pero se oyeron, algo que hacía mucho tiempo que no sentía al finalizar una proyección. Más en un recinto incómodo con los asientos bajos. Cada espectador es un mundo pero creo que una de las claves es que son seis historias guiadas por una misma mano y con el capital de la productora de los Almodóvar que dan una vuelta de tuerca a la violencia que va pegada de la mano con la venganza en una sociedad competitiva lastrada por la corrupción, la burocracia, el abuso de poder. Sale un producto de un humor negro, muy negro, pero eficaz y entretenido. La idea que toma el director son los "Cuentos asombrosos" de Spielberg. Es habitual la experiencia de rodar varias historias en una película, aunque conozco el caso de que haya un solo director pilotando el proyecto. Me viene a la cabeza el caso de Takeshi Kitano y "Dolls" o del compatriota de Szefrón, conocido especialmente por las series "Los similadores" y "Hermanos y detectives", Carlos Sorín y sus "Historias mínimas". La película que nos ocupa se ha convertido en un fenómeno sociológico en su país tras pasar por Cannes y es la elegida para luchar por los oscar del año que viene en el apartado de película de habla no inglesa. También ayuda una magnífica factura centrada sobre todo en los efectos especiales (atención al episodio de la carretera, escacharrante, o el del avión con casualidades bien hilvanadas o la "Bombita"). No dejo de lado el equipo actoral con lo más granado de esta tierra, hasta Leonardo Sbaraglia actúa y vaya si lo hace. Pero el humor que se me ofrece podía tener más veneno todavía (Y es lo más gracioso lo de la pelea de la carretera y el final "Un crimen pasional. ¿No?"). Es inevitable que haya historias flojas, que parecan sacadas más de un cortometraje o de una tira de humor pues la inspiración no es fácil de lograr en cada momento. Sabe llegar a muchos espectadores sin querer complicarse la vida pero yo pido mucho más para que no sea un entretenimiento con cierto mensaje obvio que nos dice que adiós a la educación cuando va todo mal, seamos subversivos cuando van mal dadas y más ante una sociedad ajena a nosotros. Es legítimo el entretenimiento pero creo que se debería complicar más. Pero no dejo de saludar esta oferta fresca y llevadera que no predominan mucho en nuestras pantallas.
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