Directores: Lee Unkrich, Adrián Molina.
Intérpretes: Animación.
Proyección: Princesa.
Afluencia: 78 personas.
Valoración: 7.
El coco vino y se quedó con muchos de los que vimos la cinta. Es de agradecer que una película se lleve en la cabeza como me pasó a mí por esa ternura final, ese respeto a los antepasados, nada azucarado, ni mucho menos, aunque recuerde al anciano de "Up". Transcurre en México, coincidiendo con la festividad del día de los muertos, ya reflejada en el cine por Huston en "Bajo el volcán" y por Leisen, de manera tangencial en "Si no amaneciera".
Frente a estos dramas aquí hay una comedia brillante, muy divertida a ratos y un canto a la vida. Se ve en pantalla la historia de Miguel, abocado a ser zapatero como toda su familia, pero su ilusión es ser cantante y guitarrista como su ancestro Ernesto de la Cruz, pero la oposición de los suyos es tajante e incluso ese personaje es borrado sistemáticamente de las fotos. A partir de ahí empieza su periplo por el reino de los muertos para dar con ese mentor. Nos sumergimos en una espiral de colorido y escenarios fascinantes que piden más aunque el ritmo sea algo irregular en el comienzo de esta aventura y haya sensación de dejà vu con el añadido del animal las socorridas carreras y un personaje estrafalario que le ayude, ya visto en muchos filmes y hasta evoca a "Inside out". Pero la aportación viene del melodrama, un género un tanto abandonado últimamente pero creíble y valiente por mostrar a un niño la dureza de la vida y que la muerte y los errores de los deudos existen. Vemos en pantalla un país azteca muy bien dibujado, alejado de estereotipos, hasta aparece un matriarcado irónico y contradictorio y no chirría el inglés con los modismos propios (será espectacular escuchar las voces en su lengua materna de los dobladores Gael García Bernal. Alfonso Arau, Edward James, Olmos o Ana Ofelia Murguía) .
Por una vez la canción tiene sentido en la proyección, aparte de bonita (de los autores de "La, la, land) es la clave de lo visto anteriormente. Sin embargo no me acaba de gustar el canto a la familia continuado pues parece que no se sale de los moldes de Hollywood en gran parte de su industria. Gratificante el homenaje a figuras como Frida Kahlo, Pedro Infante o Agustín Lara y hasta a "La llorona" de Chavela, muy bien introducidos por cierto. Buen entretenimiento y, además, dando pinceladas para la reflexión.
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