Tres anuncios en las afueras, cuando la ficción y la realidad se dan la mano

Esta hubiera sido una semana ideal para hablar de estrenos palomiteros y blockbusters bate records. Pero como siempre el cine y la realidad van de la mano. A veces es cine documental, otras ficción inspirada en hechos reales y luego hay películas que te hacen reflexionar sobre la realidad que vivimos. Hoy quiero repescar una de las películas triunfadoras del pasado año, Tres anuncios en las afueras, básicamente porque la justicia de este país necesita que le pongan un par de carteles cómo mínimo para que espabilen. 


Supongo que os será un título familiar. Le llovieron buenas críticas y premios, sobre todo actorales, por su excelente visión de los personajes de Missouri. Frances McDormand interpreta a Mildred, una madre coraje, que cansada de que la policía del peblo deje de investigar la muerte de su hija decide recordarles su sufrimiento con tres carteles que alquila a las afueras del pueblo donde viven señalando a su Sheriff como responsable de la ausencia de culpables. El Sheriff es un miembro muy querido de la comunidad y por sus circunstancias personales el pueblo siente simpatía por él. Obviamente entienden también a la pobre madre que perdió a su hija violada y asesinada a poca distancia de su hogar.

¿Vemos las similitudes sobre la actualidad de nuestro país de estos últimos días? Pues vamos a avanzar un poquito más aún. Martin McDonagh es el director, esta es su tercera película pero os recomiendo muy encarecidamente que echéis un vistazo a sus largometrajes anteriores: Escondidos en Brujas y Siete Psicópatas. Películas poco usuales por sus diálogos descarnados y la visión de sus personajes sin buenos ni malos absolutos que crean una interesante disyuntiva. Son personajes vivos que evolucionan, que cambian, que te van mostrando poco a poco todos los detalles de su interior y acabas poniéndote en su lugar y ellos acaban siendo personas totalmente diferentes, un poco lo que le pasa al espectador. Si Frances McDormand era ideal para ser la protagonista (esencialmente porque en ella pensaba al escribir el guión) no es inusual que hayan sido nominados también como secundarios tanto Woody Harrelson, que está glorioso, como el siempre competente Sam Rockwell que cada día me resulta más interesante. Por supuesto os recomiendo encarecidamente y en la medida de vuestras posibilidades que la veáis en su versión original porque es el sumun del reflejo cerrado y caótico de las vivencias de los habitantes de Ebbing.


Otro elemento principal de la trama es la perspectiva. La capacidad del director para que nos pongamos en la piel de todos y cada uno de sus protagonistas y sepamos, comprendamos y empaticemos con ellos en cada momento. Pasar de la rabia a la gratitud, del miedo a la valentía... Es complicado ver semejante maestría en el manejo del espectador para que una vez finalizada la película tus prioridades y prejuicios puedan cambiar tanto en los títulos de crédito.

Y si tres son los carteles que lo inician todo son tres las cartas que lo encauzan. Tres misivas dedicadas a personas importantes y con contenidos esenciales para aplazar odio, frustración o necedad. Un bonito y glorioso giro final acaba de convertir a Tres anuncios en las afueras en una de las mejores películas de 2017. 

Y una vez dicho esto y sin destripar nada para aquellos que quieran disfrutar de la película, sin vicios pero con una mentalidad abierta, volvemos a la realidad donde una vez más las cosas pasan, los resultados no son los que esperamos, y donde me siento un poco como Mildred, un poco cansada, frustrada, pido explicaciones... Si como yo, estos días, no sabes qué pensar, si eres madre, padre, hermano, o abuelo de una niña y crees que el futuro no es alentador te recomiendo darle un vistazo a la cinta. No será mucho mejor que antes pero seguro que encuentras algo de reflexión.

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