La maternidad de A Ciegas

Durante las últimas semanas seguro que todos habéis oído conversaciones sobre el film de terror A Ciegas producido y protagonizado por Sandra Bullock , dirigida por Susanne Bier y estrenado mundialmente en Netflix. Ya sea por la mera crítica cinematográfica o por la manía de algunos de llevar a los extremos lo que ven en la pantalla y lanzaron a principios de este 2019 en las redes el llamado Bird Box Challenge que consiste en hacer cosas con los ojos vendados. A unos el reto de estar un día entero con los ojos tapados les reportó millones de visitas en Youtube y a otros acabar en urgencias así que para frenarlo Netflix tuvo que emitir un comunicado pidiendo a la gente que aplique el sentido común. La verdad es que no necesitas terror porque claramente el mundo está muy loco.

Ahora que la moda de A Ciegas (Bird Box) se ha calmado un poco y después de haberla visto un par de veces creo que uno de los grandes temas de la cinta se ha quedado totalmente ennegrecido por la opinión positiva o negativa de una parte de su planteamiento y no quería dejar pasar la oportunidad de profundizar sobre ello. Me refiero al tema de la maternidad y la madre renuente. 


Antes de meternos en materia, por si queda alguien que no la haya visto os aviso que leyendo este artículo podréis encontraros con algún pequeño spolier aunque no es relevante a la hora de ver la película y disfrutarla. La cinta está contada en dos planos temporales paralelos. Por una parte con una embarazada Sandra Bullock en la piel de Malorie, una pintora que no quiere ser madre pero va a serlo. En una de las visitas a su ginecóloga, acompañada por su hermana , empiezan a suceder cosas terribles. La gente enloquece y empieza a haber una serie de suicidios en masa. Un ente sobrenatural hace que veas tus mayores miedos y acabes con tu vida. Como varéis no hace falta remontarse muy atrás para encontrar una cinta con la misma temática, me refiero a El Incidente de M. Night Shyamalan, donde pasaba algo muy similar pero que contaba una verdad bastante diferente que además perdía fuelle al desvelar el giro del porqué de las muertes. Alternativamente Malorie, algunos años después, con sus dos niños avanza por un río para buscar un lugar en una sociedad totalmente destrozada, devastada y sin principios donde reinan los locos, aquellos que ante las visiones en lugar de suicidarse están tan mal de la cabeza que ven revelaciones y obligan a todos a "ver" y por tanto morir. La historia no es muy complicada, ni sorprendente, e incluso diría que flojea en muchos aspectos de la trama y el ritmo. Y uno de los motivos es la incapacidad de conectar con su protagonista, con sus motivaciones y sus sentimientos.

El concepto de madre renuente. 

Renuente quiere decir reacio o contrario. Malorie no quiere tener a su hijo, no sabemos el motivo, tampoco es relevante. La cuestión es que lo va a tener aunque no alberga en ella ningún sentimiento maternal, ningún cariño o amor por la criatura que crece dentro de ella y cuando encima estalla el apocalipsis y la sociedad se va al garete se le pone al cosa aún más complicada. En un momento determinado de la trama aparece la imagen de Olimpia, una de esas madre de manual, amante, dedicada, y ansiosa por tener a su bebé. Su relación con ella transcurre fría, rara y distante pero cuando llega el momento del alumbramiento todos los canales de madre se activan.

Ese es el punto donde claramente Malorie renuncia a su actitud anterior y la cambia por la de "madre superviviente". Aunque haya detalles como los nombres de los niños o su relación con ellos. Incluso el hecho de jugar a no saber hasta el final quien es el que realmente tiene una relación biológica con ella no sólo descubre la conexión animal con su descendencia, si no que hereda la responsabilidad de ser madre por partida doble y la entierra bajo una capa de frialdad que se hace un poco inverosímil.

 ¿Es A Ciegas una buena película?

Habréis leído opiniones encontradas sobre este punto, casi todas basadas sólo en la revelación o no de qué es lo que está pasando en la cinta. Recordando precisamente El Incidente podemos decir que no siempre tener la respuesta a esa pregunta es buena, ni necesaria. Digamos que la angustia y el miedo a lo desconocido es un gran motor para mantener un thriller sencillo y compacto. Por poner algún otro ejemplo reciente ahí tenéis Llega de Noche donde precisamente ese desconocimiento hace que el tema principal que son las relaciones y al familia sea el verdadero protagonista.

La cinta, no en vano, es un producto de consumo rápido y pese a la aparente profundidad que lo envuelve y a tener suficiente contenido de fantástico flojea en comparación con la novela. Quizás precisamente el enfoque femenino en este caso haya intentado llegar a un público más concreto y haya perdido a otro por le camino. Tampoco se puede gustar a todos señores. Pero al menos la reflexión si es interesante.

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