Año: 2019
Duración: 152 min.
País: USA
Dirección: James Mangold
Guión: Jason Keller, James Mangold, Jez Butterworth, John-Henry Butterworth (Libro: A.J. Baime)
Fotografía: Phedon Papamichael
Música: Marco Beltrami
Reparto: Matt Damon (Carroll Shelby), Christian Bale (Ken Milles), Jon Bernthal (Lee Lacoca), Caitrona Balfe (Mollie Miles), Tracy Letts (Henry Ford II), Josh Lucas (Leo Beebe), Noah Jupe (Peter Miles)
Género: Drama / Automovilismo / Biográfico.
Este viernes 15/11 se estrena Le Mans 66. Una buena película que se centra en la historia real del visionario diseñador americano de automóviles Carroll Shelby (Damon) y el intrépido piloto británico Ken Miles (Bale) que se enzarzaron juntos a numerosos bloques corporativos, las arriesgadas físicas de los coches y sus propios demonios personales para construir un coche de carreras para Ford Motor Company y acabar con el dominio de los bólidos de Enzo Ferrari en las 24 Horas de Lemans, la prueba estrella de los coches de carreras en la Francia de 1966.
A contrario de la peli de Steve McQueen que eran carreras rodadas como una especie de documetal, tal como lo ve los familiares durante su retransmisión en tv. En esta nueva película nos encontramos casi medio metraje de carreras intensas, chispeantes, audiovisualmente magistral, unos planos increíbles desde el capó del coche con una sensación de velocidad espléndida y técnica increíble para transmitir la carrera de pilotar un coche de carreras solamente dejando paso a la simulación propia del espectador en VR, lo que da unas ganas tremendas de regresar a coger el volante. Yo creo que en ese aspecto ninguno de los espectadores hemos salido decepcionados.
Otra cosa es la película en su sustancia. Los diálogos están pobrísimos trabajados, interpretaciones en ocasiones sobreactuadas sobre todo de Bale, con unas expresiones simplonas y frías, no transmiten una calidez entre las disputas de las carrocerías pareciendo más una animación de los Autos Locos. Aporta poco dramatismo a la relación pareja e hijo, donde posiblemente era ahí en el último tramo podría arrancarte la yugular si hubiera tejido un poco más las bases interpretativas hacia la relación familiar.
El motivo de esa distancia es que la historia ciertamente empieza ya de base en los compases del Ford GT40. Recae en la ambición de Henry Ford II (enormeTracy Letts) para buscar soluciones en un proyecto para gastar un pastizal en la carrera de Le Mans contratando a los mejores ingenieros y pilotos del momento tras un negocio rechazado por la crisis económica que sufría en ese año Ferrari y su radical respuesta en ningunear sus coches como una fábrica mala de turismos con pobres resultados, sin potencia ni fiabilidad.
Henry Ford decidió trasladar parte del proyecto tras una primera mala imagen hacia Ken Miles. Fue nombrado el piloto oficial del prototipo a competir probando en Riverside día y noche en jornadas intensas las variables entre el equilibrio de frenos, suspensión para mejorar las pruebas aerodinámicas del vehículo, ya que un desequilibrio o una mala canalización del flujo del aire podría ser determinante en la prueba de las 24 horas.
El reparto está a contrario de fuera del circuito en los momentos de carrera vigoroso. Espléndido en la acción cada uno en su rol y alguien comentará en voz alta a la salida del cine "anda como me gusta Bale, me recuerda que así conduce mi tío!" y Mollie ejerce de gran protagonismo en las partes más determinantes, siendo un personaje secundario cargado de autoestima aunque deje desvanecerse en el último tramo hacia la distancia, después de la pérdida de su marido.
No entiendo a estas alturas luego las emociones en los cines, lloros y lamentos. Cuando experiencias al volante sufrimos estos riesgos diariamente en nuestras carnes. Además, que falta esa profundidad y psicología mencionada en los personajes para recoger esa ternura. No somos pilotos de carreras, pero muchos utilizamos vehículos a diario para desplazarnos, más aún el riesgo en las motocicletas. Algunas veces por causas personales y la mayoría de veces a causa de herramienta de trabajo. Sí que salgo del cine con conclusiones reflexivas en la historia principal aunque en la película la historia, los personajes y diálogos tendría haber sido igual de intensa que las carreras.
Es una obligación siempre tener los coches en condiciones. Es fundamental tener una seguridad en el desplazamiento y no es pasar la itv al año ni ruedas de km cero para ahorrarte unas monedas . Cuando llegan los lloros, accidentes, averías y lamentos a causa de mal estado es vinculante. Un punto de inflexión concluyente cuando recae cierta responsabilidad hacia la labor y hay que precisar tanto como a la dejadez, o si quiere y puede el conductor proporcionarla. Cuando es una herramienta de trabajo, es determinante estudiar todas las causas concretas y no solo vale que nos llegue para rellenar el depósito de gasolina. El mantenimiento es costoso, y de él deriva e invita a educar a todos una responsabilidad. Un estado de conducción tangible como puede ser el mantenimiento o intangible no solo recae en el conductor sino también en el entorno que le rodea, esa responsabilidad desgasta los factores tanto psicológico y social. Igual que los casos cuando vemos mascotas abandonadas, niños desnutridos, salir del trabajo drogados de pastillas crónicas y acabar hablando en soledad con los árboles... los coches en mal estado también causan sucesos, y si se pueden evitar mucho mejor. Es fundamental conducir siempre con esa seguridad al volante, y como menciono antes, tanto el estado psicológico del conductor como el del coche es conclusivo. Así también se refleja en la película la causa de conducir con enfermedades y el trastorno que provoca.
Esta misma semana una amiga tuvo una avería en autovía a causa del alternador con los dos niños dentro del vehículo. Si se prende como se me prendió esa avería a mí, el simple susto puede llegar a ser desgracia. Son piezas de un dominó que se caen una tras otra. Y os aseguro que la vida puede cambiar mucho si los niños junto a su madre no regresan a casa después de trabajar durante todo el día. Iniciativas para ejercer con los látigos y aplastar al de al lado todos desean llegar a ser primero, asímismo paralelamente hay ser consciente también ejercer responsabilidades reales de equipo y en eso hay mucho irresponsable, por también mencionar promotores de desgracias cuando solo encuentran la única vía de solución a endeudarse más las familias. Esas bases constructivas que desmarcan el acoso y derribo que nunca existen, cuando siempre es concluyente para una buena salud laboral. Pero mejor simular de vez en cuando limpiarnos la mierda que nos cubre, con esa mala imagen de actos públicos insustanciales como ponerse una chapa, una bandera, o una camiseta de colores. Asumir unas acciones educativas y ejecutar con gestos hacia todos estos cuidados, son los únicos poderes para justificar una vida saludable de las cuales como norma general, siempre dependemos de nuestro esfuerzo y trabajo.
La historia recoge el dato curioso cuando a Henry Ford II, se le ocurrió provocar una llegada a meta con empate. Quería que los tres coches de Ford cruzaran la meta juntos con el primero y segundo a la vez para que la victoria se declarara como empate con un cabreo melocotonudo cuando Shelby habló con Miles sobre esa idea. Da el mensaje que la intención clarísima del jefe es que permitiese que Bruce McLaren le recuperara esa desventaja, ya que era el ojito dereche de Henry Ford II, ya que era el piloto principal del proyectoy Miles no dejaba de ser un subcontratado. Posiblemente ese temor a ser sancionado por la empresa fue lo que ayudó a recular para salir airoso de esa maniobra estratégica.
Ken Miles dejó de lograr la triple corona Daytona-Sebring-Le Mans, en resistencia. Después de no poder nunca optar a ella llegó un nuevo prototipo J-Car. Probándolo en el autódromo de Riverside, le notaba una ligereza abismal usando material en forma de panal de abeja. Estaba en los ensayos cuando en una de las vueltas sin ir muy rápido pasó de frenada para tomar una curva y se fue bruscamente hacia el otro lado, golpeando un talud provocando una serie de revolcones incendiándose saliendo Ken despedido por los aires ante la observación de su propio hijo, ejecutando un golpe letal otorgando el nunca celebrado título de la desgracia huérfano de padre. Restablenciendo junto a su madre los nuevos propósitos posteriores hacia la pérdida familiar.
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