Yo me quedé con muchas ganas de ver esta película en Sitges. Primero porque no es un secreto mi pasión desmedida por Nicolas Cage. En todo lo que hace incluso en lo que no hace. Es un poco psicopático lo se pero qué quieren que les diga cada uno tiene sus filias y sus fobias y estas son las mías. La cosa es que por calendario nos fue imposible cuadrar esta proyección así que cuando aterrizo en plataformas digitales fue de consumo rápido. Se trata de una película de “pseudoterror psicológico” con bastante violencia y mucha mala leche que en estos tiempos de pandemia sienta muy bien.
Un buen día empiezan a pasar cosas extrañas y los padres tienen una necesidad imperiosa de asesinar a sus retoños. Se trata de algún virus que s extiende rápidamente por la ciudad y provoca el caos. No es peligroso para los hijos de los demás pero ¡Ojo! Como se te cruce el fruto de tus entrañas no puedes evitar clavarle algo en sus partes vitales y hacerlo desaparecer. Así que lo que empieza siendo una mañana normalita se torna en una noche de lo más movido. Puede que el argumento no sea el colmo de lo original pero es bastante mal rollista imagina la imagen de una mujer matando a su propio bebé o a unos amantes padres descuartizando adolescentes.
Pues esos padres en cuestión son nada más y nada menos que Nicolas Cage y Selma Blair y lo dirige Brian Taylor director de Crank y que si entras en el juego de la epidemia homicida es hasta divertido. Su duración moderada se agradece, eso de no pasar la barrera de los 90 minutos, y su tono gamberro pero centrado me ha resultado hilarante. No nos tomemos en serio la película, por favor, no es necesario que busquemos la perfección del cine de terror en este experimento de histeria colectiva que a veces representa a un padre normal en un día cualquiera de tele colegio pandémico.No hay nada más divertido que ver a nuestros semejantes matando gente como si no hubiera un mañana y más aún si son niños Millenials que lo piden a gritos. Sí queridos padres, a pesar de que sea un aprobado raspado a nivel de guión y realización os recomiendo que uno de esos días tontos que acostéis a las criaturas os pongáis la película tranquilamente en la comodidad del sofá de forma que esos instintos que todos tenemos en nuestro interior se conviertan en Nicolas Cage emulando El Resplandor en las puertas.
A mí personalmente me ha alegrado la vida el día que la vi.
De nada.
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