MI NOVIO ES UN LADRÓN

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Regresa Banderas, y lo hace con Meg Ryan, antigua reina de la comedia romántica. Marthy se enamora del misterioso galán de origen desconocido que resulta ser un ladrón internacional de arte. Todo bien si no fuera porque su hijo es un agente del FBI (interpretado por el hijo-hijísimo de Tom Hanks). Enredo clásico, sin muchas complicaciones y una dosis moderada de humor y romance mientras intenta hacerse con una escultura de Bernini que ya se le ha escapado en un par de ocasiones.


Me gustaría decir que la película es floja pero para mi desgracia, y dado el nivel de las últimas comedias americanas estrenadas, es incluso moderadamente entretenida gracias a que Colin Hanks tiene una cierta gracia desgarbada mucho más interesante que sus dotes dramáticas (como se pudo ver en Rastro Oculto últimamente) e incluso recuerda moderadamente a los papeles que antaño realizaba su señor padre cuando no estaba preocupado por ganar Oscars o labrarse un nombre e incluso tiene cierta ironía el hecho de que su madre sea la antigua partenaire cómica de su padre (ayudada por el botox a sobrellevar la edad). El estereotipo de perdedor larguirucho y protector como antagonista del presumiblemente sexy latino (siempre desde el punto de vista de los americanos) me ha convencido.


No es La trampa, ni El Gran Halcón, ni ninguna película de ladrones al uso pero precisamente por eso han decidido no tomárselo muy enserio, más bien tomárselo a broma y quitando hierro a la cosa con un montaje raudo y cortinillas cómicas alimentando sus propios chistes con bastante solvencia.


No es que sea el colmo de la sofisticación pero entretiene.



PROS: Enrico Colantoni llorando cada noche en la puerta de la casa. Brillante.


CONTRAS: Es un divertimento menor.

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